Este viernes declararon una serie de peritos en el caso en contra de Mauricio Ortega, quien está acusado de la brutal agresión a Nabila Rifo la madrugada del 14 de mayo de 2016, en Coyhaique.

Pasadas las 10:30 horas, el jefe de la Sección de Investigación Policial (SIP) de Carabineros de la Primera Comisaría, suboficial mayor Roberto Gutiérrez, relató parte de su participación en las primeras pericias, señaló la Fiscalía en un comunicado.

En la oportunidad, el policía aseveró que le llamó profundamente la atención el fuerte olor a diluyente que tenía Ortega al momento de conversar con él, cerca de las 14:15 horas de ese 14 de mayo, 8 horas después de ocurrido el ataque.

“Lo saludo de mano y me llama mucho la atención el fuerte olor que traía a diluyente esta persona. De hecho, al darle la mano, tenía las manos heladas”, relató Gutiérrez ante los tres jueces del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal.

Las llaves de Ortega

Respecto de las llaves de un vehículo encontradas en el sitio donde ocurrió la agresión a Nabila Rifo, el perito relató que éstas fueron claves para detectar el auto de Mauricio Ortega al interior del patio donde vivía junto a la víctima, gracias al recorrido que efectuó personal de la SIP por diversas calles aledañas al lugar del ataque.

Recordemos que dichas llaves corresponden al vehículo del imputado, de oficio desabollador o chapista, actualmente recluido en el Complejo Penitenciario de Coyhaique, acusado por los delitos de femicidio frustrado, mutilación, amenazas y violación de morada.

En su relato, el jefe de la SIP de Carabineros de Coyhaique, Roberto Gutiérrez, agregó que caminó por Lautaro acompañado por el sargento primero Garín y el cabo Castro, hasta que detectaron al interior de un domicilio, un vehículo marca Suzuki cerca de las 13:50 horas del 14 de mayo.

En principio, el investigador con 23 años de experiencia, no pensó que las llaves podían corresponder, sin embargo, al ser de la misma marca, accionó –usando guantes- el botón del cierre centralizado, la cual abrió el automóvil del imputado.

Se debe consignar que la llave permaneció siempre al interior de la bolsa de cadena de custodia, de acuerdo a los protocolos existentes.

En su declaración, Gutiérrez añadió que mantuvo un diálogo con el imputado, cerca de las 14:00 horas, en el exterior de su domicilio, donde se le consultó por las llaves de su vehículo. Entonces, Ortega le dijo al jefe de la SIP que las tenía al interior de su casa, sin embargo, volvió con las manos vacías asegurando que posiblemente su cónyuge se las había llevado.

Esta explicación se contradice con la versión de la víctima, Nabila Rifo, que declaró en el juicio que no sabe manejar y por ende, de acuerdo a las diligencias investigativas, no es factible que ella las tuviera al momento del ataque.

Pelea, lugar oscuro y celular

En su conversación con Carabineros, Mauricio Ortega también manifestó que había tenido una pelea con su pareja en las horas previas.

El jefe de la SIP recordó que cuando concurrió al sitio del suceso a eso de las 07:35 horas de ese 14 de mayo, estaba oscuro y hacía frío. Y luego de intentar infructuosamente encontrar alguna cámara de seguridad, ingresaron al domicilio que encontraron relativamente ordenado.

“Hago una inspección ocular, pero sí me percato que en el living, en la ventana, no estaba la cortina, la cual estaba botada detrás del sillón y el sostenedor estaba quebrado y al costado del refrigerador había una planta sin su macetero”, comentó.

“En el living, para la cantidad de personas que estuvieron en el lugar, encontré que estaba demasiado ordenando para lo que se estableció posteriormente, que fue ingesta de alcohol y baile”, dijo.

El suboficial mayor Gutiérrez agregó que tomó personalmente declaración a Mauricio Ortega, alrededor de las 19:00 horas de ese mismo día, en calidad de testigo. Entre los diversos puntos de su declaración, aseguró que ordenó a los maestros que trabajaban con él, que se tomaran el día libre y que volvieran el lunes.

Más tarde, a las 23:00 horas, personal de la SIP junto a Labocar ingresó nuevamente al domicilio del principal sospechoso del brutal ataque y al revisar el segundo piso, escondidos debajo del colchón de la cama donde dormía, hallaron una tablet color blanco de Nabila y dos teléfonos celulares, uno de ella y otro de Mauricio Ortega.

El imputado, había señalado –contradictoriamente- que el teléfono se lo había llevado su pareja en horas de la madrugada.

Recordemos que otro perito de Carabineros reveló una extraña llamada desde el teléfono de Nabila al de Mauricio, cuando ésta se encontraba internada en estado de gravedad producto de las graves mutilaciones que había sufrido.