La familia de Antonia Garros, la joven que murió al caer de un edificio en Concepción, insiste en que existen aspectos no esclarecidos que rodearon el trágico deceso, al tiempo que desconocen información actual del presunto agresor.

Los familiares extendieron un patrocinio al Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género de la Región del Bío Bío, para que solicite diligencias investigativas a la Fiscalía, que por ahora aborda el episodio como un suicidio.

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Para el entorno de la joven, la violencia física que ella padeció durante los tormentosos dos años de relación con su supuesto agresor, Andrés Larraín de 33 años, provocaron un estado psíquico que pudo incidir en la drástica decisión de arrojarse desde el departamento del hombre, ubicado en el piso 13 de calle Sanders con Pedro de Valdivia.

Valentina Medel, la directora regional de Sernameg, coincide con esta impresión.

“Está claro que Antonia era víctima de violencia extrema por parte de quien fuera su pareja. En ese momento de su muerte, en que ella decide quitarse la vida, ella estaba en presencia de su agresor. Por lo tanto, hay ciertas circunstancias que nos llevan a preguntarnos cuál es el daño psicológico profundo que deja la violencia de género en las mujeres”, dijo.

En tanto, Francisca, prima de Antonia y quien tomó la vocería de la familia, espera que el patrocinio entregado a Sernameg consiga el objetivo de aclarar los hechos.

“Sufrió abusos en su pololeo, tanto físicos como psicológicos. El Sernameg es una entidad que está súper capacitada para tratar todos estos temas, por lo tanto, que ellos nos apoyen nos da mucha fuerza en las investigaciones que se van a seguir para dilucidar la muerte de mi prima (…) Hay varias cosas que a nosotros nos generan muchas dudas. Pero, lamentablemente, no puedo referirme a eso porque es materia de investigación”, señaló.

Francisca reveló que, a una semana del traumático episodio, nadie de la familia del expololo ha tomado contacto con los cercanos de Antonia. Es más, el hombre virtualmente desapareció.

“Lo mínimo que uno esperaría son las condolencias, por último de parte de la familia, porque de parte de él no esperamos nada. Eso dice mucho del contexto en el que vivía él también”, agregó la joven.

Desde Sernameg se indicó que se tomó contacto con algunos parlamentarios de la Región del Bío Bío para promover una ley que establezca la inducción al suicidio, o bien presentar la figura en una indicación del cuerpo legal vinculado a la violencia intrafamiliar, cuya discusión se retomará en marzo.