El delantero italiano del Liverpool asumió la culpa en el caso del mensaje calificado de racista y antisemita que publicó en una de su cuentas en redes sociales.

Balotelli publicó hace diez días en Instagram un dibujo en el que aparecía el personaje de videojuegos, Super Mario, que de paso, da su sobrenombre al delantero.

“No seas racista, sé como Mario. Es un fontanero italiano, creado por japoneses, que habla inglés y se parece a un mexicano”, decía el mensaje de la polémica, que señalaba también que el personaje “salta como un negro y recoge las monedas como un judío”, fue el polémico mensaje que acompañaba a la imagen.

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La Federación Inglesa de Fútbol (FA) decidió abrir un proceso disciplinario por publicación de “un mensaje agresivo, insultante o incorrecto” con la circunstancia agravante de “una referencia al origen étnico y/o la raza y/o la nacionalidad y/o la religión y/o el credo”.

Balotelli, de 24 años, no pidió comparecer ante la Federación Inglesa (FA), pero escribió una carta con la esperanza de recibir una multa en lugar de una suspensión.

La sanción mínima por un acto racista es de cinco partidos de suspensión si es cometido dentro del terreno del juego, lo que no se aplica al caso del italiano.

Balotelli, de origen ghanés, respondió a las críticas con un mensaje en su cuenta de Twitter: “Mi madre es judía, por lo que deberían callarse”.

“Era un mensaje de humor contra el racismo. Reconozco sin embargo que sacado de contexto, pueda tener el efecto contrario”, añadió.