El día de su boda, la australiana Jill Hadad Hawkins sintió un extraño malestar estomacal. Pero como se aproximaba el gran evento, se lo adjudicó a la adrenalina y los nervios.
Jamás se le pasó por la cabeza que podía tratarse de una condición que sufrió cuando era adolescente: colitis ulcerosa. Esta enfermedad crónica afecta el intestino y puede producir inflamación y dolor severo. Pero tras muchas cirugías, los médicos le dijero que estaba sana.
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“No existía la posibilidad en mi cabeza de que ocurriera de nuevo. Estaba, tú sabes, saliendo adelante y dejando eso atrás mío”, explicó al canal local WCVB.
Pero a medida que avanzaba la boda, el dolor en el estómago empeoraba. “Me costaba mucho estar parada. En mi cabeza, sólo quería bajar ese pasillo”, explica. Finalmente, se sintió tan mal, que tras casarse hubo que llamar a la ambulancia.
Su situación era tan compleja, que los médicos debieron derivarla a otro centro médico para cirugía de urgencia. “Era bastante complicado. Ella tenía un a torsión en sus intestinos, lo cual cortó el suministro de sangre a esa sección del intestino. Ella podría haber muerto”, explica el doctor James Yoo.
Los síntomas de la colitis ulcerosa pueden ir y venir y pueden existir largos periodos entre las inflamaciones. Así que la recomendación es que si sufres de un dolor abdominal punzante que no mejora con nada, lo mejor es preguntar en un centro médico.