Todos hemos escuchado alguna vez ese tonito un tanto agudo e infantil con que le hablamos a una guagua para pedirles alguna gracia o calmar su llanto, pero ¿tiene algún beneficio realmente?.
Según el medio español ABC, los investigadores llamen a este tipo de lenguaje el “dialecto mamá” o “lenguaje infantilizado”. De acuerdo a la doctora Jenn Berman, autora del libro “Superbebé”, y contrario a lo que muchas personas pueden decir, esta es una gran ayuda “a que los niños desarrollen el lenguaje en los primeros años”.
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“Esta forma de hablar se ha observado en muchas culturas y países diferentes, y a los bebés les encanta. Los estudios demuestran además que los pequeños expuestos a este modo de hablar tienen un vocabulario más amplio y más precisión gramatical, asegura Berman.
En el mismo contexto, la escritora hace una diferencia entre ambos dialectos señalados anteriormente, y recomienda que no es necesario hablar de manera infantil y cursi a la vez, pues el trabajo como padres consiste en hablar correctamente, es decir, no inventar palabras o asignarle nombres que no corresponden a la realidad, como “guau guau” pero referirse a un perro o “pío pío” para señalar un pájaro. “Tampoco tiene que ser formal (y es importante divertirse), pero usar habla infantilizada puede dar a su hijo una información equivocada del lenguaje“, agrega.
En tanto, el “dialecto mamá” no refuerza ese habla incorrecta, pues utiliza las palabras correctas, como “perro” y “pájaro”.
De acuerdo a la autora, otras razones que explican lo beneficioso de esta práctica sería captar la atención del niño, porque los cambios de tono y atención le demuestran al bebé que él es parte de tal conversación.
Asimismo, al niño le es cómodo seguir este habla a ritmo lento, pues en esa edad ellos procesan la información auditiva dos veces más despacio que nosotros los adultos.
Otros beneficios son que “revela sus emociones al hablar, lo que ayuda a conectar y a aumentar su interés por lo que usted dice [y que] las pronunciaciones exageradas ayudan al bebé a distinguir sonidos y voces“, indica el texto.
Por último, es importante señalar que los expertos recomiendan reducir paulatinamente esta práctica conforme a los meses que va cumpliendo el bebé, en un periodo de 18 meses a 2 años y medio de edad. “A esa edad llega la explosión del vocabulario, y es cuando el tema comienza a ser interesante“, remata la experta.