El pequeño Xiaobo Chien (11) iba de camino a su escuela, situada en la provincia de Sichuan, cuando encontró un cubo de agua. Tenía mucha sed, por lo que no dudó en beberla, sin imaginar lo que esta contenía.

Con el paso de los días, comenzó a picarle la garganta y se volvieron frecuentes los episodios de mareo, por lo que sus padres decidieron llevarlo al médico. Grande fue su sorpresa cuando se dieron cuenta de que tenía una sanguijuela de 7 centímetros dentro de su garganta, la cual había crecido durante semanas.

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“Al principio pensamos que tenía gripe, ya que dijo que se sentía mareado y con dolor de garganta. No nos contó sobre el episodio del agua, así que jamás se nos ocurrió que había cogido algo”, declaró al medio británico Metro su madre, Xiang Tung (33).

CEN
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Por suerte, la sanguijuela no provocó una infección y pudo ser extraído con facilidad. El pequeño Xiaobo aprendió la lección: “No volveré a beber agua de un cubo”, concluyó.