Sea cuál sea el motivo, siempre hay alguien que se reclama en los viajes, sobretodo cuando se tratan de trayectos largos donde lo esencial es ir cómodo.

Bien lo sabe un pasajero que, en medio de la desesperación, no dudó en registrar la desagradable situación que vivió en un vuelo internacional de nada más ni nada menos que ocho horas.

El avión inició su trayecto desde Estados Unidos a Alemania con la exasperada petición de una madre a la azafata, pues le pedía encender rápidamente el wifi para poder conectar el Ipad de su hijo, quien ya en ese momento estaba comenzando con una feroz pataleta.

Tras el llamado de atención de los padres al niño, la tripulación creía que todo volvería a la normalidad, pero no, se equivocaron porque el menor de tres años no paró de gritar y llorar durante las 8 horas que duró el vuelo.

Shane Townley, un artista neoyorquino, fue quien finalmente grabó el escándalo con su teléfono y lo compartió en redes sociales.

El video se viralizó rápidamente, y generó más de alguna polémica, porque mientras algunos rechazaban completamente el hecho, otros argumentaban que probablemente el menor tendría problemas mentales.

Mira aquí el registro: