José Zurita tenía 27 años y era policía. Aunque en su trabajo el riesgo de perder la vida es constante, la manera en que murió es realmente desgarradora.

El esforzado joven esperaba locomoción colectiva en la localidad de Ezpeleta, en Quilmes, Buenos Aires, Argentina, como toda las mañanas, cuando de pronto un grupo de individuos se acercó y le disparó con un sólo fin: robarle el arma de servicio.

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El oficial corrió y trató de refugiarse en un negocio, pero de todas formas fue alcanzado por 6 balas que penetraron en su espalda y quedó tendido en medio de las personas que hacían sus primeras compras del día en el local de una conocida cadena trasandina.

Un video da cuenta de los agónicos momentos finales del policía y muestra cómo, tanto el personal de la tienda como los transeúntes, intentan ayudarlo y llaman a emergencias.

“Aguanta por favor”, se escucha decir a uno de los hombres que buscaron salvarle la vida a Zurita, mientras que otro se lamenta anunciando, “Ay, no tiene chaleco antibalas”.

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Según informó el medio argentino TN, los autores del delito escaparon en un vehículo marca Renault, modelo 9, que luego la Policía encontró en un garaje. El dueño de la casa en que se ubicó fue detenido, pero señaló que su hijo, de 25 años, quien vive cerca de él, había sido quien se había llevado el automóvil.

José Zurita era casado y tenía una pequeña hija. Además era un hombre religioso y ligado a una iglesia local, donde hasta el año pasado había sido catequista.