Un joven de 25 años ingresó desnuda a un campo de juego en Nueva Zelanda, mientras se disputaba el partido de rugby entre la selección local y Argentina, el domingo recién pasado.

La aludida, Rose Kupa, sólo quería llamar la atención, puesto que no llevaba ningún cartel de protesta ni nada por el estilo. De hecho, no llevaba nada, bueno, sólo un gorro y zapatillas para “ocultar” la identidad de sus pies y cabello, pero el resto, tal como Dios la trajo al mundo.

Kupa, alcanzó a recorrer un par de metros antes que siete gorilas se dejaran caer con todo sobre ella, tackleándola tal como si se tratara de un jugador más. Ante la reprochable situación, el público comenzó a recriminar a los efectivos de seguridad por el excesivo uso de la fuerza.

En tanto, el entrenador de Nueva Zelanda, Steve Hansen, avaló este accionar, declarando que “tienes a estos lunáticos que quieren correr por el campo e interrumpir el juego. Al final (los guardias de seguridad) lo hicieron muy bien al momento de tacklearla, pero probablemente pudieron prevenirlo”, según recoge el medio el portal estadounidense, huffingtonpost.