Este viernes en Mucho Gusto, el gran invitado fue Pedro Ruminot, quien si bien supuestamente iría a hacer reír al panel, terminó emocionando a todos contando cómo fue vivir por años con cáncer.

Si bien su historia es sabida por todos en la televisión chilena, el comediante también se encargó de ir contando detalles inéditos de su enfermedad. Fue así como en el matinal relató el día más difícil de este proceso.

“Yo estaba muy mal porque me dijeron que me iba morir. Fue así como ‘hoy en la noche te vas a morir’. Estaba en una sala común en el Instituto del Tórax en Providencia, y con puro abuelitos que todas las semanas iban abandonando la sala”, recordó Pedro, ante la sorpresa del panel del matinal, que no podía creer que le hayan dicho eso.

Pese a ser horas muy complejas, el comediante explicó que hubo una persona que fue clave dentro de todos ese momento: una señora que trabajaba haciendo el aseo en el instituto.

“Como a las 02 de la mañana viene la señora del aseo y me escucha llorar. Me dice ‘¿por qué está llorando?’, ‘porque dicen que me voy a morir ahora’, ‘¿y usted cree en Dios? Y yo ‘Sí, pero no mucho’, ‘crea’ me dijo. Al rato después volvió y me trajo un rosario”, relató Ruminot.

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Tras un breve intercambio de palabras, esta mujer mandó al comediante a rezar a la capilla, y eso fue lo que justamente hizo. Este evento se marcó a fuego en la vida del esposo de Alison Mandel, por eso lo recuerda con cariño.

Desde entonces, para Pedro hubo en él un antes y un después: “Dije esto no es algo que haya pasado porque sí, que se haya acercado, que me haya regalado su rosario. Uno no anda por la vida regalando rosarios, fue bien impactante. Lo tomé como una señal, fue súper importante”.

Claro que eso no fue lo único que le pasó al ex Club de la Comedia, ya que también recordó que un sacerdote lo fue a ver, en las que se suponía eran sus últimas horas de vida.

“Fue un cura a darme la extremaunción y lo eché, le dije ‘te vas de acá ahora, yo no me voy a morir’. Ahora me acuerdo y me siento mal, pero después llegó una señora. Yo lo tomé como algo demasiado potente y algo me tiene que decir la vida. Ahí me acerqué a Dios, de hecho yo creo que soy el único del stand up que cree en Dios”, cerró Pedro Ruminot en su relato.