Hace un tiempo Angélica Sepúlveda comentaba a través de Instagram que su historia de amor con el galán turco había terminado debido a que ella no quiso irse al otro lado del mundo y él tampoco estaba dispuesto a vivir en Chile.
La fierecilla de Yungay reconoció en ese entonces que estaba afectada porque la decisión no tuvo que ver con el amor, sino que con circunstancias que no pudieron darse, sin embargo, a varios meses de esa confesión, hoy la vida le vuelve a sonreír.
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Lo anterior porque Gürsel, nombre de su enamorado, vino a Chile y juntos se darán una nueva oportunidad en el amor. El hombre de ojos claros y 1,95 metros de estatura estará un tiempo en nuestro país para evaluar qué tal es la vida aquí. “Vine a Chile esta vez a conocer a la familia de Angélica, me gustaría vivir en el país aunque tengo que ver cómo es primero”, señala a LUN.
El hombre es musulmán y un arquitecto retirado y una de sus mayores pasiones es viajar. “Llevo 50 países visitados, quiero seguir viajando por el mundo“, comenta él, mientras Angélica agrega: “Tiene la edad de mi mamá jajajá pero es súper jovial, tiene mucha energía”.
Cabe señalar que luego de conocerse en una hostal de Uyuni, Bolivia, ambos dieron paso a un romance que más tarde se convirtió en pololeo y juntos viajaron por naciones como Perú, Ecuador, Colombia, Cuba y también por Chile.
Tras estar dos meses separados, él le hizo una promesa que derritió el corazón de Sepúlveda. “Yo me morí de amor cuando me dijo que intentaría vivir acá en Chile por nuestro amor. Él ya me había dicho que nos fuéramos para allá (Turquía), pero yo no podría hacerlo: mi familia es demasiado importante para mí y no puedo estar lejos de ellos tanto tiempo. Él lo entendió“, afirma ella.
Gürsel, por su parte, sostiene: “Chile es muy bonito, me gusta mucho. Quiero viajar a las Torres del Paine y a diferentes sitios con Angélica. Ella es la mujer que amo”.
Por último, la exchica reality indica que el único “problema doméstico” que han tenido es que él proviene de una cultura muy machista. “Tenemos ciertos problemas, por ejemplo, en el desayuno. En la mañana él se despierta muy temprano, me despierta y me dice ‘desayuno, Ángel, hambre’. Yo lo he dicho que él también puede hacerlo. Después de todo eso llega y me dice ‘te amo’ ¿Cómo puedo entonces enojarme con él cuando me dice eso?“, sentenció.
