Yanina Halabi y Patricio Laguna eran una de las parejas más polémicas de la televisión chilena y varias veces se vieron envueltos en problemas relacionados con violencia intrafamiliar.

La última de ellas fue en 2017, pelea que terminó poniendo fin a su relación, de la cual nacieron dos niños: Patricio de 7 años y José Ignacio de 4. Tras esto el modelo interpuso una querella precisamente por agresiones propinadas por Halabi.

Luego de este complejo momento, Laguna decidió trasladarse a Rancagua a vivir con sus padres, quienes quedaron con el cuidado provisorio de los niños, y desde entonces asegura que su vida se ha volcado en torno a ellos.

“Quise entregarles un entorno mejor, más contención, estabilidad y un ambiente familiar. Mis hermanas y sus hijos viven cerca de nosotros, por lo tanto, ellos están creciendo cerca de sus primos”, contó Laguna a Las Últimas Noticias.

Pero eso no fue todo, pues el modelo se sinceró respecto a cómo se sintió tras el fracaso de su relación.

“Si yo no hubiera estado con mis hijos creo que habría caído en un hoyo de depresión. Pero no tuve tiempo de quedarme pegado. Desde el primer momento me enfoqué en sacar adelante a mis enanos y para eso necesitan ver a su papá bien”, comentó.

Aunque también reconoció que fue una etapa compleja. “No niego que pasé momentos súper dolorosos y que me gustaría que las cosas hubieran sido distintas. Creo que en algún minuto tendré que hacerme una terapia psicológica”, confesó.

Buen dia gente…!!! Un saludo aquí con los makinitas 😘

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Por su parte, la abogada del modelo comentó al medio antes citado que él se encuentra realizando los trámites para divorciarse de Yanina.

“En enero se presentó el cese de convivencia, que es un requisito necesario para presentar una solicitud de divorcio. Sin embargo, como Yanina (Halabi) se cambió de casa no ha podido ser notificada. Pero hoy en día se puede obtener el divorcio de manera unilateral después que se cumplen tres años del cese de convivencia”, aseguró Ingrid Weldt.

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Es a raíz de estos cambios, que Patricio decidió instalar una oficina en su casa en Rancagua y desde ahí manejar sus negocios para poder dedicarle tiempo a sus pequeños, pues asegura que aunque esté viviendo con sus padres, sus hijos no se han convertido en una responsabilidad para ellos.

“La oficina en la casa se debe a que es más fácil para ver a mis hijos. Me encargo de todas sus cosas, no es que yo se los pase a mis papás y ellos hagan toda la pega. Los voy dejar y a buscar al colegio, me preocupo de su alimentación, de vestirlos, amononarlos, cortarles el pelo, llevarlos a sus actividades deportivas y ayudarlos con sus tareas que son un montón”, manifestó.

Es por lo mismo que aseguró que no piensa en encontrar el amor, pues está demasiado ocupado con sus retoños y su trabajo, y no tendría tiempo para una relación amorosa.