El príncipe Harry de Inglaterra y la estadounidense Meghan Markle ya son marido y mujer. La pareja se casó este sábado en Windsor, en una iglesia de San Jorge llena de celebridades y con miles y miles de personas esperándolos en las calles.

Como es costumbre, el novio llegó minutos antes al altar para esperar a la novia. Y fue precisamente el momento de su encuentro el que ha dado de qué hablar en diversos medios y en redes sociales.

Y es que todo el mundo esperaba ver el momento en que ambos estuvieran en el altar, pero fue la reacción y las palabras de Harry al ver a Meghan vestida de novia a su lado el que derritió corazones.

El príncipe, esperando que se diera inicio a la ceremonia, se volteó para hablarle a Markle y le dijo: “Te ves maravillosa”, mirándola por unos segundos, para luego rematar con una frase que está en discusión en redes sociales.

Algunos indican que dijo “I’m so lucky”, “soy tan afortunado” en español; y otros aseguran que dijo: “I’m shitting it”, “me estoy ‘cagando’ (de nervios)”.

El tierno momento lo subió una usuaria de Twitter, quien no podía más de amor por esta situación. “La forma en que el príncipe Harry mira a Meghan después que le dice ‘te ves maravillosa’. Estoy llorando, están tan enamorados”.

Detalles de la ceremonia

El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, líder espiritual de la Iglesia anglicana, tomó los votos matrimoniales a los novios, que tuvieron las manos enlazadas durante gran parte de la ceremonia.

Esta tuvo toques del mestizaje que encarna la pareja, como el sentido sermón del obispo estadounidense Michael Curry, o la versión de la canción Stand By Me que hizo un coro de gospel.

Tras toda la polémica suscitada por la ausencia de su padre Thomas Markle, Meghan recorrió prácticamente sola todo el camino hasta el altar y se tomó del brazo de su suegro, el príncipe Charles, casi al final.

A eso de las 13:00 horas de Inglaterra, recorrieron en carroza descubierta la ciudad de Windsor, donde los esperaban miles y miles de personas que vieron la ceremonia en pantallas gigantes.

Todas las actividades antes y después del evento estuvieron monitoreadas por grandes medidas de seguridad, en un país que sufrió cinco atentados en 2017, con un balance de 36 muertos y decenas de heridos.