Aunque las últimas semanas no han sido nada fáciles para Javiera Suárez, luego de que sus exámenes arrojaran que el cáncer que la afecta avanzó de manera agresiva.

Sin embargo, la periodista no pierde la fe y sigue dando una dura batalla para vencer a la enfermedad, rodeada de amigos y las buenas energías que a menudo recibe a través de redes sociales donde comparte con sus seguidores parte de su vida.

Y es precisamente de esta lucha que habló en una entrevista con Revista Caras, en la que entregó conmovedoras palabras sobre su actual momento, tanto de salud como familiar, pues le hallaron una masa alargada del porte de la mitad de un plátano en el costado derecho de sus pulmones y tumores pequeños en el hígado, además el melanoma había llenado la cavidad entre la pleura de los pulmones y la que recubre el tórax de líquido.

Es por lo anterior que a fines de marzo fue operada de pleurodesis, por lo que además debió sumar a su tratamiento ciclos de inmunoterapia y radioterapia. La situación fue un gran golpe para Javiera quien en diciembre de 2017 había conseguido importantes avances y reconoció que esta vez enfrenta la enfermedad mucho más cansada.

“Es distinto, no es peor porque antes estaba en juego la vida de Pedrito, pero ahora estoy más cansada. Pensé que ya estaba de salida, ¡y aquí estoy de vuelta! No sé, pero está grande, no se puede irradiar, odio el cáncer, igual le agradezco un montón de cosas, pero no pensé que iba a regresar tan rápido, capaz que nunca se fue, y ahora ni siquiera puedo planificar algo a futuro con mi marido”, comentó.

Pero eso no fue todo, pues también habló de cómo esto afecta a su esposo, quien ha sido un pilar fundamental durante esta larga batalla que comenzó hace cerca de dos años.

“Independiente de que Cristián me ama, quiero hacerlo feliz y estas cosas le preocupan, le afectan el ánimo, Pedrito también lo resiente. Igual tengo fe en la Virgen de los Milagros. He tratado de ayudar a mucha gente, creo que es el propósito de esta cuestión y también me he sanado en varios temas”, contó.

Luego agregó: “En ese sentido estoy agradecida aunque nunca pensé que volvería tan rápido, el cáncer me enseñó que nadie es dueño de su vida, que no la puedes dar por garantizada. Y pensar que mientras te estás muriendo otros viven alegando, amargados, no pueden ser tan egoístas ¡Están vivos! agradezcan, sonriánle al de al lado, mejoren el mundo partiendo por ustedes”.

Finalmente, aseguró que sigue en movimiento y realizando sus actividades, para no echarse a morir y seguir dando la pela. “Si me encierro, muero”, finalizó.