Fue hace un año que la familia del Arturo Vidal estuvo muy expuesta en los medios de comunicación, pero por un tema totalmente ajeno al fútbol. La hermana del seleccionado nacional, Ámbar Vidal, sufrió un duro golpe, luego de que su pareja Ignacio Neira, fuera asesinado por un supuesto ajuste de cuentas.

Aún existe una investigación que busca encontrar respuestas a este extraño suceso, es por esto que en La Mañana de CHV, Ámbar decidió dar su testimonio y contar cómo fue su relación con ‘Nacho’ y los últimos días con él antes de que falleciera.

La hermana menor del ‘King’ comentó que en un principio “yo no sabía las cosas que hacía, después me fui enterando”, aclarando que en un principio desconocía la faceta delictual de su pareja. Claro que con el tiempo, las cosas fueron cambiando y de a poco se ganó el respeto y cariño de los hijos de Ámbar.

Tras seis años juntos, tres semanas antes de que falleciera Neira, la pareja pasó por un complicado momento. Es por esto que el día antes que Ignacio fuera baleado, él llamó a la joven para pedirle disculpas y prometerle que ahora cambiaría: “Yo no le veía, no quería estar más con él, pese a que lo seguía queriendo. Pero tomé la decisión de que cada uno fuera por su lado (…) Antes que pasara todo, en la noche me habla y me dice que no aguanta más no poder hablar conmigo. Me empezó a decir cosas que nunca me había dicho, me pedía perdón, que iba a ir un psicólogo. En todo el tiempo que estuvimos juntos, nunca me había dicho algo así”, relató la joven.

Si bien la muchacha comentó que en aquel momento aceptó la propuesta de seguir adelante con la relación, horas después fue que ocurrió la balacera. Habían quedado en reunirse en un lugar para el esperado reecuentro a las 14:00 horas del 22 de abril, sin embargo, Neira nunca llegó.

Minutos después de darse cuenta de esto, Ámbar encontró el auto de su pareja con marcas de balas, al preguntar a Carabineros qué había ocurrido, supo que se lo habían llevado a un hospital con graves heridas: “Yo pensé que había sido una herida en un brazo, no que lo iba a encontrar muerto”.

Tras confirmarse la muerte de Ignacio, Ámbar quedó totalmente devastada, por lo que confesó a un año de la muerte de su pololo, que aún no puede superar el episodio: “Uno se siente culpable de ser feliz, sabiendo que él ya no está”, concluyó en su sentido testimonio.