La panameña Erika Ender, coautora de la contagiosa Despacito, melodía en español convertida en éxito internacional con versiones que se multiplican aquí y allá, asimila su rotundo éxito y revela algunos de sus secretos, entre ellos ir “despacito” en un mundo atropellado.

Otro es que plasmó en la canción ese ritmo lento, cadencioso, que a ella le gusta al momento de seducir, aunque la melodía fue interpretada por hombres: su coautor Luis Fonsi y el rapero Daddy Yankee, luego junto a la estrella pop Justin Bieber.

La pieza empató el récord de más semanas en el número uno de las 100 más escuchadas del Billboard, lista en la que pocas veces aparece una melodía interpretada en un idioma distinto al inglés.

La compositora de 42 años de edad, de chispeantes ojos y una rizada melena rubia, nació en Panamá y ahora vive entre Los Ángeles y Miami. Visitó Ciudad de México para hablar en el Women’s Forum, encuentro que reúne a líderes de todo el mundo para generar iniciativas que contribuyan a combatir la violencia y la desigualdad de la que son víctima las mujeres en América Latina.

Sobre el éxito del tema, señaló que “ha sido sorprendente. Estoy realmente agradecida. Más que una victoria para los que estamos involucrados, es una victoria para la cultura latina. Todo el mundo está cantando y bailando en español. Es como un milagro en un momento tan vulnerable”.

“Creo que en todo el mundo la gente ha conectado y es una confirmación de cómo la música puede atravesar fronteras, puede conectar realmente con el corazón de la gente y unirnos. Hablan de construir muros y estamos derribando esos muros con música”, sostuvo.

Sobre la avasallador triunfo de la canción, expresó que “no tengo idea por qué se convirtió en este éxito. Realmente no creo ni siento que hayamos hecho algo distinto mientras escribíamos la canción. He escrito durante 25 años y con diferentes canciones he tenido momentos sorprendentes. Pero nunca jamás pensé que está canción daría la vuelta (al mundo)“.

Además reveló que “no la hice pensado en una mujer o en un hombre, la escribí con un hombre y un hombre la está cantando. Obviamente, por el tipo de género en el que se está desenvolviendo la canción, suena muy distinto y rompe todos los parámetros porque es un género que ha sido agresivo contra la mujer“.

“Al principio de mi carrera me tocó esconder un ratito mi nombre para poder enseñar canciones cantadas por un hombre en un demo para que otros hombres la grabaran, porque si era enviada por mí y con mi nombre me decían: ‘Linda tu canción pero me suena muy femenina'”.

Pero eso no es todo, ya que también contó que ella no ve el arte como una competencia, sino que “lo veo como compartir. Todos mis colegas sabemos quiénes hicimos la canción. Y yo no estoy peleando por aparecer en la canción. Estoy dando las gracias de que el universo me ha permitido que esta canción me abra otras puertas”.

“Todo mundo piensa solo en el dinero y yo realmente creo que en lo que debemos enfocarnos es en que puede haber milagros, la forma en que el mundo puede estar conectado y unido por una canción. Es sorprendente”, añadió.

“Claro, un gran hit te da mucho dinero, pero no hago esto por el dinero. Hago esto porque realmente creo que es un gran don poder de traducir emociones en melodías y música. Y trato de usarlo de manera responsable, sabiendo que estoy marcando la vida de alguien”.

“Y ha sido la música de la mitad del planeta, por lo que estoy realmente muy agradecida”.