Sin duda, una de las perritas más famosas de la televisión chilena fue ‘Cosita’, la tierna perrita negra de la exrostro de Canal 13, Paulina Nin de Cardona.
Debido al encanto que causó la Scottish Terrier, su repentina muerte dio para muchas especulaciones, siendo la más conocida que ‘Cosita’ habría sido atropellada por su dueña. Sin embargo, este jueves Paulina derribó este gran mito en El Cubo.
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La exanimadora del Festival de Viña llegó hasta el espacio de Chilevisión para contar diversos detalles de su vida, y en esta ocasión reveló la verdad sobre el fallecimiento de su perrita.
“Yo no atropellé a ‘Cosita'”, sentenció Nin. “Ella saltó, cayó mal y se golpeó de costado con el tremendo neumático de una camioneta inmensa que tenía. El veterinario dijo que fue como si se hubiese estrellado contra un muro de cemento”, reveló.
La conductora del extinto programa de Canal 13, Arriba el Ánimo, indicó que llevó inmediatamente a la perrita a un recinto clínico, para luego irse a trabajar. “El veterinario me dijo:’Déjamela. La voy a revisar, pero se ve bien'”, relató.
Sin embargo, no todo estaba bien, puesto que la caída le habría quebrado una costilla, la cual provocó una pequeña perforación en el pulmón, situación que no pudo ser detectada con anterioridad ya que que no le habían sacado una radiografía.
“Cuando salí del canal me fui directo al veterinario y, al verlo, me dice: ‘Paulina, la tengo que operar ahora porque tiene perforado el pulmón. Y yo le digo: “¡¿’Cómo me dices eso ahora, a las dos de la tarde, si te la dejé a las 10 de la mañana?!'”, comentó.
La ex de Giancarlo Petaccia debió enfrentar esta dramática situación y decidió llevar ella misma a su mascota a la sala de operaciones, sin embargo, ‘Cosita’ no lo logró. “La tomé en brazos, la puse sobre el quirófano, la perra respiró (realizó el gesto de inspiración) y se murió”.
Finalmente, Paulina Nin aseguró que la muerte le afectó mucho, puesto que es una amante de los animales y, a pesar de estar al tanto de las especulaciones, no quiso aclarar nada en su momento. “Era tal mi pena que no me daba para darle explicaciones a nadie”, concluyó.
