La segunda noche del Festival de Viña del Mar se la robó el guatemalteco Ricardo Arjona, quien hizo suspirar a sus fanáticas.

El Monstruo cantó, gritó y bailó sus canciones, entregándole todos los premios habidos y por haber.

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Pero para que todo fuera un éxito, sus técnicos esperaron que terminara el show del puertorriqueño Yandel y trabajaron desde la madrugada del lunes para dejar todo tiqui taca para su presentación de anoche.

Según contaron testigos del hecho al diario popular La Cuarta, los técnicos del trovador “Daban órdenes, exigían cambiar la disposición de algunas cosas que no se podían tocar porque trastocaría todo el funcionamiento posterior del Festival. Se le trataba de explicar la situación, pero no escuchaban”.

Los técnicos del canal oficial de Viña se oponían a estas órdenes y así comenzó una discusión que incluyó empujones y palmetazos, indica La Cuarta.

Las aguas se calmaron cuando los mandamases de ambas partes llegaron al escenario, acompañados de los mails enviados desde ambas organizaciones, donde estaban claras las decisiones a las que habían llegado.

¿Por qué se produjo el impasse? Resulta que la persona que sabía de todos estos acuerdos no llegó, por lo que quien quedó a cargo no estaba al tanto de todo y quiso hacer las cosas a su pinta.