Es uno de los candidatos fuertes para ganar MasterChef Chile gracias al talento innato que tiene para la cocina. Preparaciones sofisticadas, emplatados creativos y sabores espectaculares, convierten a este esforzado recolector de basura en uno de los valores altos del concurso.

Oriundo de Conchalí, el joven de 26 años tiene con la boca abierta al exigente trío de jurados desde el primer capítulo. De igual forma, su valorarle historia de vida, cuyos días comienzan de madrugada recogiendo los deshechos ajenos, hacen aún más destacable su presencia en el espacio.

Como el esfuerzo rinde sus frutos, pese al cansancio notorio que ha mostrado en algunos momentos del programa ya ha recibido reconocimientos, como el ofrecimiento de trabajo de Ennio Carota para que sea parte de la cocina de su restaurante.

Lee también: “Amor a prueba”: las peleas de dos participantes que hacen colapsar a galán

Si bien, este naciente maestro de cocina se muestra humilde, tranquilo y feliz en pantalla, carga en sus hombros un pasado delictivo, que por fortuna y valga la redundancia, ya es cosa del pasado.

Según detallaron en el programa Intrusos de La Red, Ignacio Riveros tiene en su historial seis causas judiciales que hasta el momento eran desconocidas para sus seguidores.

Tres denuncias por hurto simple (concluidas), una por receptación (sigue en tramitación en el Tercer Juzgado de Garantía de Santiago), una por robo por sorpresa que tuvo que pagar con cárcel, y la última por consumo y porte de droga en lugar público (concluida), avalan el nutrido prontuario del talentoso chef amateur. Todas estos delitos tuvieron cabida entre 2006 y 2010.

Lee también: Rostro fuerte de la televisión chilena se queda sin canal a fin de mes

Consultados por Intrusos, los jurados de MasterChef, Ennio Carota y Christopher Carpentier, no quisieron referirse al tema, sólo ‘Chris’ atinó a decir que valora la historia de superación del muchacho, y aseguró que estos pasajes grises en su vida no le jugarán en contra en el concurso culinario.

“Ignacio es un ejemplo de superación, es un talento innato en la cocina. Tiene una capacidad de poder crear, innovar, y desarrollar platos increíbles, Yo me saco el sombrero con Ignacio. Todos tenemos derecho a segundas oportunidades”, señaló Carpentier.