Gonzalo Valenzuela sorprendió a la opinión pública al hablar abiertamente sobre la enfermedad que afecta a su hijo Silvestre.

El actor contó que su hijo tiene epilepsia, relatando el traumático día en que se enteró de su condición.

“Silvestre tiene 15 años, a los 12 le vino la primera crisis. Fue una experiencia bien traumática, yo no sabía, no tenía idea y me tocó vivirlo con él. Estaba solo con él, desde ese día cambió mi vida y la de mi hijo”, contó en el live de Instagram junto a la neuróloga Keryma Acevedo.

Para abordar en profundidad el tema, en Página 7 conversamos con Beatriz Arteaga, directora de la escuela de Enfermería de la Universidad de Las Américas.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida por Liga Epilepsia (@ligaepilepsia)

De partida, sostuvo que la epilepsia, “es una enfermedad neurológica caracterizada por crisis epilépticas. Estas son descargas anormales y excesivas de un grupo de neuronas del cerebro. Es decir, de un foco epiléptico que producen una desincronización de la actividad eléctrica a nivel cerebral”.

Su causas múltiples, entre las que se encuentran “trastornos epilépticos congénitos, herencia, vasos sanguíneos anormales en el cerebro, algún tumor, trastornos metabólicos presentes al nacer, lesiones cerebrales, etc”.

Entre los síntomas, la experta señaló que “la crisis epiléptica va principalmente con una alteración del estado de conciencia, que puede ir desde una confusión o desconexión de la realidad”.

También menciona “rigidez muscular, se presenta convulsión, movimientos incontrolables de brazos y piernas, con pérdida de conciencia. Se puede apreciar relajación de esfínter, salivación excesiva, y dadas las alteraciones de los movimientos, puede haber lesiones en la mucosa bucal. Todos los síntomas tienen el común denominador de la alteración del estado de conciencia”.

Arteaga precisó que las personas que tienen epilepsia ya tienen un tratamiento farmacológico. “Se le administran anticonvulsionantes y tienen controles frecuentes con su médico para poder tener controlada la enfermedad”.

Siempre hay factores desencadenantes que podrían provocar crisis epilépticas. Lo primero es no llevar el tratamiento, no asistir a los controles, pero también hay otros factores que pueden supeditar a provocar crisis aun estando con tratamiento. Uno de ellos es el estrés, el aumento de temperatura y fiebre, la falta de sueño, la ingesta de bebidas alcohólicas y las drogas en general.

Epilepsia en niños

En cuanto a la epilepsia en los niños, la especialista indicó que “como es una enfermedad crónica, necesita tratamiento y controles al médico, eso genera una disciplina”.

Precisa que si los niños están bien controlados, pueden realizar su vida de manera normal. “El problema es cuando no se llevan los tratamientos adecuados o no asisten a los controles. Eso genera factores desencadenantes de manera recurrente que provocan crisis epilépticas y eso afecta el rendimiento académico, la socialización de los niños”.

Para saber si un niño tiene la enfermedad, se debe realizar un diagnóstico “después de la primera crisis convulsiva, es ahí donde los papás acuden a los servicios de urgencias. El neurólogo solicita una batería de exámenes que van desde las imágenes, resonancia, escáner y exámenes sanguíneos. También se realiza un encefalograma, que verifica la actividad eléctrica del cerebro”.

Finalmente, el tratamiento es con base en medicamentos que impiden la aparición de crisis. “Es importante en la adherencia al tratamiento en todos sus aspectos y a todos sus controles. En el caso de los niños, se indica mantener una alimentación e hidratación equilibrada. Mantener horas de reposos y sueño necesarias para la edad del niño”.

“Es muy importante entender que es una enfermedad crónica, pero el niño puede realizar todas las actividades en su vida diaria, la motivación debe ser a que el niño haga su vida de manera normal”, cerró.