Un estudio de la Universidad de Harvard indicó hace unos años que comer diariamente arroz blanco podía aumentar el riesgo de padecer diabetes tipo II.

Así, la conclusión apuntaba a que este de alimento podía resultar tan riesgoso para la salud como el azúcar refinada, pese a que no se advierte con la misma claridad.

“Más que un peligro inmediato, una alimentación con exceso de azúcares simples, cereales o harinas refinadas y bajas en fibra, ha demostrado aumentar la prevalencia de malnutrición por exceso y algunas enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes”, comentó a Página 7 la nutricionista Evelyn Sánchez.

La académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Las Américas añadió en esa línea que “las guías alimentarias recomiendan reemplazar estos productos refinados por productos integrales, con el fin de aumentar el aporte de fibra y los beneficios asociados a nivel cardiovascular e intestinal”.

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¿Por qué el peligro?

Según la especialista, el arroz blanco o refinado “es al cual se le ha retirado la capa exterior y el germen, quedando el endospermo conformado principalmente por almidón, lo que explica su mayor índice glicémico“. Esto es lo que causa una elevación de la glucosa en sangre posterior a su ingesta.

En este contexto, la ingesta excesiva en frecuencia o cantidad de cereales y harinas refinadas, con bajo aporte de fibra y mayor índice glicémico, es considerado perjudicial a largo plazo, y uno de los factores involucrados en el origen de la diabetes tipo II.

“Las recomendaciones de ingesta van a depender de factores asociados al estado de salud y nutricional, edad, nivel de actividad física y patologías”, indicó Evelyn Sánchez.

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Cómo reemplazarlo

“Las guías orientan el consumo a preferir alimentos integrales y en la porción adecuada según grupo etario”, dijo la nutricionista a nuestro sitio.

Además, añadió que “de manera general, la frecuencia no debería ser mayor a 2 veces por semana y en una porción entre ¾ a 1 taza en cocido, siempre acompañado de verduras, grasas de buena calidad y alimentos proteicos como carnes blancas, huevos o proteína vegetal”.

Si bien la ingesta de arroz blanco en la frecuencia, porción y con los acompañamientos idóneos no es perjudicial para la salud de manera inmediata, Sánchez indicó que es posible reemplazarlo por otros cereales más saludables.

“La quinoa, arroz integral, trigo sarraceno y amaranto son buenas alternativas”, aseguró.

Por último, explicó que si se quieren reducir calorías y aumentar el aporte de verduras en la dieta, “actualmente se venden en el mercado productos como arroz de palmitos o de coliflor, los cuales también pueden prepararse en casa a un menor costo”.