Alimentarse saludablemente es uno de los grandes desafíos para las nuevas generaciones, ya que están rodeadas por cientos de locales de comida rápida.
Lo anterior, ya que en su mayoría ofrecen alimentos altos en grasas y azúcares, que generan problemas de salud como diabetes e hipertensión.
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De esta forma, ya son muchas las personas que prefieren elaborar sus comidas en casa, predominando la preparación de platos ‘más verdes’.
Sin embargo, estudios aseguran que estar pendiente de todo lo que nos llevamos a la boca, habría dado origen a un nuevo trastorno alimenticio: la ortorexia.
¿Qué es la ortorexia?
Según explican desde la Clínica Alemana, el término procede del griego orthos (correcto o adecuado) y orexia (alimentación), siendo introducido por el doctor Steven Bratman a inicios de los 2000, aunque aún no es considerado como una conducta alimentaria.
En ese sentido, sostiene que quienes padecen ortorexia presentan una obsesión por comer sano, dedicando demasiado tiempo a realizar preparaciones e informarse de su contenido.
Sobre ello, el psicólogo de la Clínica Alemana, Jaime Silva, explica que pese a lo anterior, se han presentado casos de pacientes con “trastornos nutricionales importantes debido a una selectividad alimentaria muy radical”.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) presume que la ortorexia afecta al menos a un 28% de la población de los países occidentales.
Eso sí, Silva enfatiza que este trastorno no está directamente relacionado con la pérdida de peso, como es el caso de la anorexia y la bulimia.
“Es una problemática que va desde conductas frecuentes de selectividad de alimentos, a casos extremos de comportamiento, los que pueden derivar en desnutrición”, indica el psicólogo.
Consecuencias físicas
Así como indica el profesional, estar concentrado en que los productos sean lo más sano posible podría terminar en un déficit de nutrientes.
Por ejemplo, anemia o déficit de algunos aceites y vitaminas esenciales. Además, pueden presentarse condiciones de orden metabólico como la osteoporosis, explican desde el centro asistencial.
Salud mental
Al mismo tiempo, el especialista recalca que la conducta puede impactar la vida social de la persona, la cual buscará no asistir a ciertos lugares.
“El mundo social del paciente también se modifica, porque usualmente este tipo de conductas interfiere en su vida, y favorece conflictos interpersonales, además de promover el aislamiento”, señala.
En esa misma línea, añade que lo anterior se traduce en la presencia de síntomas depresivos y ansiosos, junto con un trastorno obsesivo-compulsivo relacionado con la alimentación.
“La personalidad obsesiva compulsiva es mencionada frecuentemente como un factor de riesgo. En mi experiencia, el perfil del paciente que tiene este problema suele padecer también otros trastornos de conducta alimentaria similares, como anorexia nerviosa”, enfatiza.
Por lo anterior, el profesional recomienda siempre buscar ayuda profesional, con el propósito de que no se presenten otro tipo de enfermedades.
