Hoy en día es común ver a bebés utilizando los famosos andadores, aparatos que supuestamente los ayudan a mover mejor sus piernas y a caminar. Sin embargo, aquello es errado.

Así lo confirmó a Página7 la directora de la carrera de Enfermería de la Universidad de Las Américas, Andrea Méndez, quien indicó que “el uso de estos dispositivos continúa siendo un tema controversial, y que a pesar de que no está recomendado por médicos, organizaciones y especialistas, su utilización continúa siendo elevado en menores de 12 meses”.

En ese sentido, añadió que “no es recomendable a ninguna edad, ya que presenta más complicaciones y riesgos que ventajas. Estos aparatos impiden que los lactantes aprendan a caminar por ellos mismos y los expone a un mayor riesgo de lesiones y accidentes”.

Consultada sobre las lesiones que pueden ocurrir cuando un niño usa andador, precisó que está relacionado principalmente con graves accidentes, “ya que son aparatos muy peligrosos que permiten que el bebé tenga un desplazamiento rápido y con mayor flexibilidad”.

Aquello puede provocar mayor riesgo de caídas desde alturas o choques contra muebles u objetos duros.

Asimismo, “volcamiento en suelos irregulares y riesgo inminente de lesiones graves, principalmente en la zona de la cabeza, que es muy crítica en el cuerpo de un bebé”.

Si bien sostiene que no está demostrado que provoque alteraciones en los pies, piernas o caderas, “la postura que adopta el lactante no es la natural y puede provocar movimientos que sean forzados y que le permita también adelantarse al desarrollo normal que va adquiriendo la musculatura de un bebé”.

La experta es enfática en decir que el andador no sirve para que un niño o niña camine mejor. “Un lactante tiene una progresión normal en la adquisición de habilidades de su desarrollo, principalmente psicomotor, donde primero se logra sentar, luego comienza a gatear, después se para con apoyo y posteriormente camina”, añadió.

De hecho, sostuvo que “este proceso es único en cada menor de edad y tiene un ritmo individual, porque es relevante permitir al niño libremente la adquisición de estas habilidades. No podemos forzar ni adelantar procesos, y por eso el andador no está demostrado que sirva para que camine mejor, incluso todo lo contrario, retrasa la adquisición de habilidades y el desarrollo de áreas”.

Consecuencias a corto y largo plazo del uso de andador

Respecto a las consecuencias que puede tener el niño que usa andador, Méndez explicó que “a corto plazo el riesgo de accidentes graves es lo más importante, por eso es relevante la prevención, porque la consecuencia puede ser grave”.

En cuanto a largo plazo, dijo que “se asocia al retraso de la marcha al caminar, lo que puede alterar el desarrollo psicomotor normal por las complicaciones o efectos de lesiones o accidentes que pueden provocarse. Por eso la recomendación es que no se use este tipo de aparatos” .

Cuando el bebé comienza a caminar

En relación a cuál es la mejor manera de que el bebé camine, explicó que cada niña y niño tiene su propio ritmo “y caminará cuando esté preparado para hacerlo. Está relacionado también con la madurez mental que tenga y la adquisición de habilidades en cuatro áreas del desarrollo psicomotor: el área social, motora, motriz y motricidad fina”.

En ese sentido, informó que “debemos educar a los padres y familiares en relación a la estimulación de este desarrollo, y mantener la libertad de movimiento bajo la supervisión de un adulto para evitar accidentes asociados a caídas”.

Para finalizar, señaló que “la alternativa más segura y eficaz para poder estimular que el bebé camine, es permitir el uso y el movimiento libre de lactantes en corrales o cunas que tengan protecciones altas, para la prevención de caídas. De esta manera el lactante se podrá ejercitar, gatear, se podrá levantar con apoyo, jugar e incluso caer sin hacerse daño. Esa es la mejor manera”, cerró.