¿Te ha pasado que estás en tu mejor momento leyendo un libro y un ruido te desconcentra por completo?, ¿o simplemente no te puedes enfocar en la lectura porque sientes una televisión en otra habitación?

Ahora bien, siempre se puede mejorar con una serie de consejos de expertos. De hecho, según el Centro de psicólogos de Madrid, la lectura no solo es necesaria para aumentar nuestro bagaje cultural, pues también ayuda a prevenir el estrés, frena el deterioro cognitivo y puede mejorar las habilidades sociales.

1.- Aumenta tu tiempo de lectura

De acuerdo a lo que explican los profesionales, para obtener una buena comprensión lectora se debe dedicar al menos entre 10 a 20 minutos todos los días e ir incrementando el tiempo poco a poco.

Eso sí, debes realizar las pausas correspondientes en cada párrafo y evitar volver al párrafo anterior cuando se trata de una lectura extensa.

2.- Mantén un diccionario cerca

Quizás en más de una oportunidad has abierto un libro y te encuentras con una palabra cuyo significado es desconocido, lo que muchas veces desmotiva a seguir leyendo y queda ahí la historia para siempre.

Pero ojo, esto puede ser una oportunidad para aumentar tu vocabulario. Debido a ello se recomienda tener un diccionario a la mano para ir consultando a medida que surgen las dudas durante la lectura, lo que también se convertirá en una herramienta con el paso del tiempo, para poder concentrarte pese a las distracciones.

3.- Prueba diferentes formas de leer

Estudios han determinado que leer en voz alta o baja puede ser muy favorable para quienes no son hacedores de este hobbie a diario, lo que también ayuda con la concentración.

Asimismo, imaginar lo que se está leyendo o leer a la par con alguien más, te permitirá comentar el libro en cuestión y así tener una mejor comprensión del texto.

libros, leer, comprensión lectora
Ziemax

4.- Resume el texto

“Al finalizar la lectura, hacer un resumen de 300 palabras de lo leído”, es lo más óptimo para aquellos que les cuesta retener la historia que están leyendo, y que deben constantemente regresar a las páginas anteriores.

Al mismo tiempo, se pueden ocupar otros métodos para entender el texto, tales como mapas conceptuales, punteo de ideas, notas al costado de las páginas, entre otros.

5.- ¿Y si no me gusta leer?

En ese sentido, desde UPAD sostienen que en caso de que la persona no guste de la literatura clásica o de conocidos textos, siempre se puede optar por “leer libros o textos que nos interesen”.

A su vez, sostiene que es una buena opción buscar aquellos que cuentan “con un vocabulario sencillo”, para que con el pasar del tiempo se pueda ir poco a poco “incrementando la dificultad de la lectura”.