La hipertensión arterial (HTA) es una patología crónica con alta prevalencia en nuestro país, superando el 27%, de acuerdo a cifras del Ministerio de Salud.

Aunque aparece cerca de los 35 años en hombres y alrededor de los 40 en mujeres, en estados iniciales no presenta síntomas y, por ello, se considera una amenaza silenciosa.

“Una de las características más peligrosas de la hipertensión es que no presenta síntomas claros y estos pueden tardar mucho tiempo en manifestarse. Si bien es una patología tratable, más aún si es detectada a tiempo, su falta de control puede desencadenar complicaciones graves, como un infarto al miocardio, insuficiencia cardíaca o renal, hemorragia cerebral, entre otros”, explica Pablo Pedreros, cardiólogo de Clínica Santa María.

La hipertensión arterial es una alteración de los niveles normales de la presión.

En el 90% de los casos, no hay una enfermedad específica que la provoque y la causa es una alteración en los mecanismos de control y se denomina HTA esencial.

En el 10% restante, la hipertensión es secundaria a otras patologías como alteraciones de la vasculatura renal o tumores, entre otras.

El cardiólogo Diego Godoy, coordinador de Cardiología y de la Unidad de Terapia Endovascular de Clínica Vespucio, señala: “La hipertensión arterial puede ser primaria o secundaria a alguna otra enfermedad. En la mayoría de los casos, se trata de HTA primaria o esencial y, si bien las cifras varían con la edad, podemos decir que aquellos valores por sobre 140/90 mm-hg en reposo, deben motivar una consulta médica”.

Pexels (cc)
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Pandemia e hipertensión arterial

La Organización Mundial de la Salud estima que apenas 1 de cada 5 personas hipertensas tiene controlado el problema y es una de las causas principales de muerte prematura en el mundo.

En contexto de pandemia, se transforma en una condición de mayor riesgo. De acuerdo al último Informe Epidemiológico COVID-19, publicado por el Ministerio de Salud, la comorbilidad más frecuente en los pacientes con coronavirus es precisamente la hipertensión arterial. Ante ello, cobra aún más relevancia la prevención.

Aunque no hay una causa concreta que provoque la hipertensión arterial, algunos de los factores de riesgo que juegan un importante papel en su desarrollo son la herencia genética, la edad (los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos con los años), sobrepeso y obesidad, consumo excesivo de sodio y alcohol, sedentarismo, uso de ciertos fármacos.

“La dieta sana, baja en sal, grasas saturadas e hidratos de carbono refinados, ayuda a mantenernos saludables, sobre todo si se acompaña con actividad física regular”, afirma el doctor de Clínica Vespucio.

El manejo de esta enfermedad metabólica se basa en tres pilares fundamentales: una dieta saludable, actividad física aeróbica regular, indicaciones farmacológicas definidas por el médico tratante. Los mejores resultados y el mayor impacto positivo en la salud se obtienen cuando se conjugan estos tres factores.

Junto con ello, el especialista de Clínica Santa María hace hincapié en “la necesidad de que todas las personas mayores de 18 años se controlen la presión una vez al año, lo que es incluso también una recomendación de la OMS, ya que, si la hipertensión arterial se trata a tiempo, el riesgo de generar daño a los órganos se minimiza significativamente”.

El 17 de mayo es el Día Mundial de la Hipertensión Arterial, fecha que surge con el objetivo de prevenir, diagnosticar y controlar esta enfermedad.