A más de un año de la llegada del coronavirus a Chile, siguen apareciendo secuelas de la enfermedad, y entre ellas está la molesta pérdida del olfato. Hasta ahora, no son pocos los casos que se conocen de pacientes que, incluso dados de alta, no recuperan por completo este sentido.

Cuando se pierde totalmente el olfato, el diagnóstico recibe el nombre de anosmia. Según la doctora Francisca Fernández, otorrinolaringóloga de Clínica Alemana, la hiposmia, que es una pérdida parcial, se ha observado con mayor frecuencia en quienes han dado positivo al test de COVID-19.

Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), quedarse sin la capacidad de reconocer olores es uno de los síntomas más habituales en personas jóvenes, en mujeres y en personas con algún tipo de afección neurológica previa. Así lo señalaron recientemente a la agencia EFE.

En la mayoría de los casos, la anosmia es causada por la afectación del neuroepitelio olfativo, y cuando se prolonga más en el tiempo, se cree que podría deberse a la neurodegeneración producida por las neuronas sensitivas-olfativas para evitar que el SARS-CoV-2 invada el sistema nervioso central. Se trata de un mecanismo de defensa.

Olfato
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Protocolo de automasaje

Valentina Mayorga, terapeuta y licenciada en salud integrativa, ha observado desde el inicio de la pandemia los síntomas específicos del coronavirus. Con la intención de ayudar, utilizó sus redes sociales para publicar videos en los que entregaba tips para calmar la mente o disminuir la angustia y el insomnio, emociones que se incrementaron con la contingencia y el cambio radical de la rutina.

“También vi la importancia de fortalecer las defensas, y luego surgió el tema del gusto y el olfato. Gente me comentaba que era muy difícil recuperar esta capacidad por el daño que se produce en las mucosas del cuerpo y que el no poder saborear, sentir los olores, era algo que causaba mucha preocupación en los pacientes recuperados“, explicó en entrevista con Página 7.

La especialista creó entonces un “protocolo de automasaje”, inspirado en el masaje tradicional chino TUINA y ejercicios de entrenamiento del olfato con olores específicos y naturales.

“Mi idea principal fue crear en pocos minutos un automasaje en el que cada persona aprendiera técnicas de fácil aplicación y simples de recordar, para que lo pudiera aplicar al despertar y acostarse. Sé por casos recuperados que el virus genera una fatiga generalizada y los pacientes tienen un desgaste físico y emocional importante. Por esos principales motivos el masaje no dura más de 5 minutos”, aseguró la especialista.

Estimulación con aromas

Al estimular la zona de la nariz y los ojos, Valentina Mayorga recomienda aplicar también este masaje “para tratar problemas nasales, taponamientos, pólipos, rinitis por alergias, eliminar la hinchazón, el enrojecimiento y cansancio ocular”.

Su principal objetivo es movilizar y estimular la zona afectada. “La oxigenación de todo nuestro cuerpo se ve favorecida. Además, es de sentido común que no respirar bien por la nariz favorece las infecciones de la vía aérea inferior (bronquios y pulmones) y dificulta la oxigenación sanguínea. También la obstrucción nasal predispone al ronquido y a las apneas durante el sueño, entonces esta técnica puede ser aplicada en varios escenarios“, dijo.

Para realizar esta práctica, necesitas solo unos minutos y tener a mano al menos dos aromas naturales, como estrellas de anís, clavo de olor, manzanilla, menta, eucalipto o limón. Si no es posible acceder a alguno de estos elementos, la pasta de dientes también puede ser útil para comenzar a activar el olfato, siempre con las manos y el rostro limpios.