La elección de tus lentes puede influir en diversos tipos de dolores musculares, principalmente localizados en la zona de la espalda, debido a una mala postura frente al computador.

Tal fue el caso de Bárbara Smith, una mujer inglesa de 74 años que en su día a día prolongaba sus horas de trabajo frente al computador por hasta 12 horas.

Según consigna el medio argentino Todo Noticias, Bárbara, quien se desempeña como secretaria de un médico, comenzó a presentar dolores en la zona del cuello y los hombros, los cuales si bien en un inicio no despertaron la alerta de la mujer, con el tiempo se intensificaron y se extendieron a otras partes.

“La rigidez comenzó en la parte inferior de mi cuello y se extendió a lo largo de los hombros. Llegó un momento en que los movimientos normales y cotidianos se volvieron difíciles: no podía darme vuelta para hablar con alguien, agacharme para mirar el horno ni mirar el espejo retrovisor al conducir”, apuntó Smith respecto a las complicaciones.

En ese instante la mujer atribuyó estas molestias a distintos factores. Acudió a su médico de cabecera que le diagnosticó artritis y le recetó antiinflamatorios. Smith incluso se sometió a una operación de reducción de senos con la esperanza de solucionar el problema.

Una cita con el oftalmólogo cambió la perspectiva

Sin embargo, nada de los anterior funcionó. A seis años del inicio de los dolores Bárbara se enteró en un chequeo oftalmológico que el origen del problema no estaba ni en su espalda ni en su cuello, sino en los anteojos.

“En ese momento, mis hombros estaban tan rígidos que ni siquiera podía agacharme para apoyar la barbilla cuando el óptico quería probar la presión de mis ojos (…) Me preguntó qué me pasaba y le expliqué. Luego quiso saber si usaba anteojos bifocales para el trabajo en la computadora”, detalló Smith.

De acuerdo a Smith, al momento de mencionarle al profesional que usaba lentes bifocales, este no tardó en sugerir que la causa del problema podría ser provocada por estos accesorios y la mala postura frente al computador que estos le obligaban a adoptar.

Y es que este tipo de anteojos tienen la particularidad de tener dos graduaciones diferentes dentro del mismo lente para ayudar a corregir errores y problemas refractivos en la visión de lejos y de cerca.

No obstante, los anteojos bifocales no cuentan con un punto medio dentro del aumento que poseen, ocasionando que el salto de la visión con el movimiento del ojo se produzca de forma abrupta y poco natural, lo cual resulta incómodo en términos de adaptación.

El caso de Bárbara no es único, ya que un estudio realizado por la Revista Ergonomics respecto al uso de anteojos bifocales en trabajos donde los participantes, de los cuales 14 de 33 llevaban anteojos bifocales, determinó que quienes traían este tipo de lentes hicieron más movimientos de cabeza hacia adelante y aumentaron las flexiones del cuello, incrementando considerablemente el riesgo de padecer dolores de cabeza y complicaciones musculo-esqueléticas asociadas a este efecto.

“Con el tiempo, mover la cabeza en lugar de los ojos para ver la pantalla tendrá un efecto acumulativo que hace que los nervios alrededor de las articulaciones sean más sensibles. Esto también puede conducir a un desequilibrio en los músculos entre el omóplato y el cuello, incluso algunos se vuelven rígidos”,  indicó el fisioterapeuta Gary Jones.

Así influyen los lentes que escoges en el cuidado de tu espalda
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Todo lo anterior quedó resumido en la historia de Bárbara, quien confesó que apenas le cambiaron el tipo de anteojos observó una mejoría en varios de los dolores que por años sufrió.

Finalmente, la mujer hizo un llamado a ampliar las consideraciones a la hora de escoger un tipo de lente u otro. “Si estoy haciendo algún trabajo de pantalla, incluso leyendo libros en mi iPad, me aseguro de usar mis anteojos para el computador. Es increíble el impacto que los lentes correctos han tenido en mi vida”, concluyó.