Con la llegada del verano no solo cambia la temperatura, sino que también la variedad de alimentos que se encuentran disponibles.

Entre las frutas, por ejemplo, podemos encontrar las que están más asociadas al invierno como lo son la manzana, el plátano, la naranja o la pera y las que llegan en el periodo en el cual aumenta el calor, como la sandía, la uva o el melón.

Según explica Bárbara Flores, nutricionista de Edenred, “esta época es una buena oportunidad para variar en la selección de frutas que se presentan, dado que cada color contiene diferentes vitaminas y minerales”. Si bien la cantidad de porciones que cada uno debe consumir depende de varios factores, la profesional sostiene que suelen oscilar entre 2 a 3 diarias.

¿Cuál es la mejor forma de consumirlas?

En este punto, Flores asegura que “siempre es mejor comerlas solas o bien mezcladas entre ellas. Al agregar cualquier tipo de complemento, tales como azúcar, crema, salsas de chocolate u otras, aumenta el aporte calórico y a veces se disfraza el sabor natural de la fruta. Por esto, es importante educar a los más pequeños y formarles el hábito de comer fruta sola, sin complementos”.

Si bien hay ocasiones en las cuales muchos prefieren consumir la fruta de otras maneras, como exprimiéndolas y convirtiéndolas en jugo, no es lo que recomendado por Flores. Según dice “para llenar un vaso de jugo de naranja, por ejemplo, vas a utilizar más de dos unidades, por lo tanto, al consumir jugo de fruta natural puedes llegar a doblar o triplicar la cantidad de porciones recomendada.

Finalmente, la profesional recalca que las frutas son una excelente alternativa para comer en ayuno, como colación de media mañana o como postre, pero luego de 1 o 2 horas después de haber almorzado. En el caso de hacer deporte, incluso se pueden consumir antes de comenzar con dicha actividad.