Probablemente desde que inició la pandemia el uso de los baños públicos ha disminuido considerablemente, pues es un posible foco de contagio por el COVID-19.
En ese contexto, es que muchos prefieren orinar previo a salir de casa, para así evitar usar un baño que no saben cómo limpian y que podría exponerlos.
Sin embargo, esta práctica no sería la más apropiada para las mujeres, ya que puede traer una serie de consecuencias en relación al sistema urinario, además de los cambios que podrían generarse en relación al suelo pélvico.
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Según explicó el equipo de Kinefemme, especializadas en kinesiología en el área, lo anterior produce que nuestra vejiga reciba una señal equívoca sobre las ganas de orinar, lo que a largo plazo se torna perjudicial para la salud.
“A cierta capacidad de llenado (por ejemplo 250 ml), te avisa que ya tienes que ir al baño. Al ir ‘por si acaso’ frecuentemente, esta se empieza a acostumbrar a ir antes”, precisaron.
En tanto, esto lleva a que la vejiga “altere su proceso de llenado, por lo que a menor cantidad de ml está pidiendo ir al baño, alterando así su funcionamiento.
Al mismo tiempo, dentro de las otras prácticas que deberíamos eliminar al ir al baño, las expertas explican que son el ir “muy apurada”, y eliminar la orina de forma más rápida que la común. “El acto de orinar es algo totalmente pasivo, en donde el piso pélvico se tiene que relajar. Por lo tanto, al empujar no dejas que se relaje, al contrario y a la larga puedes empezar a retener orina generando infecciones urinarias”, detallaron.
A su vez, dentro de las otras consecuencias está el debilitamiento del piso pélvico, por la presión que se ejerce al forzar la expulsión de la orina.
Hábitos para una vejiga saludable
Asimismo, Kinefemme promueve una serie de hábitos para poder tener una vejiga saludable y un piso pélvico estable, tales como:
– Consumir al menos 2 litros diarios de agua
– Vaciar la vejiga de forma regular (3 a 4 horas)
– No aguantar las ganas de ir al baño
– No orinar ‘por si acaso’ o porque vas a salir
– Disminuir el consumo de bebidas irritantes como café, alcohol, cítricos, entre otros
– Tomarse el tiempo para orinar
– Sentarse en el baño de manera correcta
