Este 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del Accidente Cerebrovascular (ACV), enfermedad que tiene un enorme impacto en Chile, al ser la segunda causa de muerte después de los infartos.

El ACV, además, según datos del Ministerio de Salud, registra en nuestro país más de 50 mil personas con secuelas permanentes, cognitivas y/o motoras, generando altos costos en su bienestar y calidad de vida, así como en la salud pública.

Pese a la gravedad de esta patología, este 2020, marcado por la pandemia de COVID-19, se ha registrado una importante reducción de las consultas de urgencia por ACV, debido al temor al contagio y a la situación de cuarentena. Todo ello considerando que el tratamiento oportuno del ACV es vital para poder evitar secuelas o la muerte, señala la Asociación de Dispositivos Médicos de Chile (Adimech).

“Un ACV puede matar dos millones de neuronas por minuto. Sin embargo, es posible prevenir las secuelas neurológicas si se trata a tiempo. Por ello, frente a los síntomas, se debe concurrir en forma inmediata a un centro de salud con capacidad de resolver este cuadro, ya que cada minuto cuenta”, explicó la doctora Catherine Volaric, médico coordinadora de Neurología de Clínica Bupa Santiago.

Síntomas y factores de riesgo

Lo más importante es estar atentos a los síntomas, que principalmente son:

-Lenguaje incomprensible o que la persona no entiende lo que se le dice

-Pérdida de fuerza o sensibilidad de un lado del cuerpo: ya sea cara, brazo o pierna

-También se puede presentar como la peor cefalea de la vida.

Cualquier persona puede sufrir un accidente cerebrovascular, pero hay factores de riesgo o comportamientos que lo propician.

Los principales son la hipertensión arterial, la edad avanzada (sobre 60 años), el tabaquismo, el colesterol elevado, la diabetes mellitus y el sedentarismo.

“En este sentido, lo más importante para ayudar a prevenirlos es controlar adecuadamente los riesgos cardiovasculares. También, hacer cambios de hábito que favorezcan una vida más saludable, como la actividad física, una alimentación equilibrada (baja en sal y con un nivel de azúcar controlado), moderar el consumo de alcohol y eliminar el tabaco”, aseguró la neuróloga.

Diagnóstico

En cuanto al diagnóstico, se puede determinar mediante diversos tipos de análisis y exploraciones; ya sea por tomografía computarizada, imágenes por resonancia magnética, ecografía o angiografía cerebral, entre otros.

La tecnología avanza cada año para hacer estos procedimientos cada vez menos invasivos y disminuir los riesgos para las personas, señalan desde Adimech.

Reiterar que frente a la sospecha de un ACV, es muy importante ir a un centro asistencial inmediatamente, ya que mientras más precoz sea la atención, más posibilidad tiene el paciente de tener ningún daño o un daño menor.