Dormir con las sábanas limpias es muy placentero. Pasamos muchas horas del día en nuestra cama, por lo que mantenerla aseada debería ser una prioridad. Pero, ¿con qué frecuencia hay que lavar las sábanas?

Una adecuada higiene de nuestro lugar de sueño implica echar a la lavadora nuestra ropa de cama una vez a la semana, pues se debe tener en cuenta que en ella se acumulan células muertas de nuestra piel, hongos y ácaros.

El Dr. Aragona Giuseppe, médico de cabecera y asesor médico de Prescription Doctor, aseguró a Hull Live que no lavar las sábanas con regularidad podría generar riesgos para nuestra salud, como infecciones, acné y mal olor.

Lavar la ropa y las sábanas con regularidad es importante para la limpieza general y garantizar que su cuerpo se mantenga limpio y saludable”, sostuvo el especialista.

Si no lava las prendas con frecuencia, podría correr el riesgo de contraer una infección o simplemente sentirse sucio y oler mal”, agregó.

En este sentido, el experto afirmó que lo óptimo es que sábanas y fundas de almohada se cambien una vez a la semana.

Porque si están sucias, esto podría promover el acné, manchas y otros problemas de la piel debido a que las bacterias en las sábanas sucias se transfieren a la piel”, explicó.

Adicionalmente y como señaló el portavoz del fabricante del colchones Ergoflex, Steven Willis a El País, se debe airear el colchón cada seis meses para evitar que se llene de gérmenes y bacterias.

Con respecto al lavado del pijama, la profesora Rally Bloomfield de la Escuela de Medicina e Higiene de Londres, recomienda hacerlo al menos una vez cada siete días para evitar infecciones.

Realidad en el Reino Unido: ¿una vez al año?

De acuerdo a una encuesta de Hammonds Furniture realizada a 2 mil británicos, el 30% confesó que lavaba la ropa de cama una vez al año o menos (sí, esta cifra es real), mientras un 18% aseguró que metía sus jeans a la lavadora con la misma frecuencia.

Con respecto al lavado de ropa interior, la mayoría de las mujeres dijeron que la lavaban después de cada uso, mientras que una cuarta parte de los hombres admitió hacerlo cada cinco lavados.

¿Qué arrojaría un estudio en Chile? De seguro que la frecuencia sería mucho mayor.