Dejar de fumar siempre es una buena decisión. El tabaquismo es -en Chile y el mundo- una de las principales causas de muerte y su adicción afecta profundamente la calidad de vida de quien fuma y su entorno.

Ya sea por gusto, ansiedad o por ciertos códigos sociales, las personas que fuman saben que es una mala práctica y los daños que produce a su organismo, sin embargo, dejar el cigarrillo es todo un desafío y puede tomar mucho tiempo.

Según la Clínica Mayo, “la nicotina produce efectos físicos y cambios de humor en tu cerebro que son temporalmente placenteros. Estos efectos hacen que desees consumir tabaco y generan dependencia. Al mismo tiempo, abandonar el consumo de tabaco provoca síntomas de abstinencia, entre ellos irritabilidad y ansiedad”.

Medicamentos, terapia psicológica, terapia de reemplazo de nicotina con parches, chicles y/o rociadores nasales, son solo algunas de las formas en que podemos iniciar el camino a dejar el cigarro.

No obstante, cuando se plantea este desafío, para muchos surge la duda respecto a si efectivamente se sube de peso cuando se abandona este vicio, ya que son varias las personas a las que les complica dejar de fumar precisamente por este punto.

De acuerdo a un análisis a 62 estudios sobre este tema, se determinó que -en promedio- un año después de dejar de fumar se puede subir alrededor de 4,7 kilos.

Eso sí, tanto la investigación -publicada en la revista médica British Medical Journal– como los expertos en la materia, aseguran que los beneficios de dejar de fumar no se comparan en lo absoluto con subir unos cuantos kilos.

Pero ¿por qué ocurre esto? De acuerdo al sitio web Medline Plus, de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, existen varias razones por las que se sube de peso en los meses posteriores a dejar de fumar.

Una de ellas es que “la nicotina en los cigarrillos acelera el metabolismo (por lo que) aumenta la cantidad de calorías que su cuerpo usa cuando está en reposo aproximadamente en un 7% a 15%. Sin cigarrillos, el cuerpo puede quemar el alimento más lentamente“.

Otra razón que entrega el portal especializado es que el cigarro reduce el apetito, por lo que cuando se abandona el “vicio” se puede sentir más hambre de la que se acostumbraba.

Además, otro aspecto no menor es que como fumar se convierte -con el tiempo- en un hábito, al dejarlo se puede “ansiar comer alimentos altos en calorías para reemplazar los cigarrillos”.

El doctor Daniel Seijas, jefe del Departamento de Psiquiatría y de la Unidad de Adicciones y Tabaco de Clínica Las Condes, agrega que si bien a mucha gente le preocupa este efecto, hoy en día “cada vez menos personas suben de peso, tanto por la preocupación del tema como por los medicamentos que hoy se usan para dejar el tabaco, que también ayudan a que si se sube algunos kilos, esta cantidad no sea importante”.

Seijas comenta que lo más recomendable para evitar este escenario es que al mismo tiempo que se está dejando el cigarro, se incorpore ejercicio físico. Además, señala que “si se ha subido mucho de peso, hay que investigar qué otros factores endocrinos, nutricionales y anímicos pueden estar afectando a esa persona”.

Otro aspecto que probablemente varios exfumadores han notado es que mientras se deja el tabaco puede haber estreñimiento. “El cigarro produce estimulación colinérgica y actúa sobre el intestino aumentando sus movimientos. Cuando se dejar de fumar el intestino se vuelve más lento”, detalla el psiquiatra.

Consejos prácticos para contrarrestar el aumento de peso

Tal como indica el experto, lo más recomendable es tener una actividad física constante y llevar una dieta balanceada. El ejercicio incluso puede ayudar a evitar sentir antojos de alimentos poco saludables.

Un consejo es que cuando vayas de compras al supermercado o la feria, realices una lista previa de lo que necesites para así no tentarte entre pasillos con uno que otro refrigerio poco sano. Reemplázalos por otros como rebanadas de manzana, palitos de zanahorias y apio, frutos secos (porcionados) para así mantener las manos ocupadas.

Dormir bien también es fundamental, ya que si no se descansa lo suficiente es un factor para subir de peso.

Por último, evitar o limitar al máximo el consumo de alcohol también es bueno, por lo dañino que es para nuestro organismo y porque muchas personas ven incrementadas sus ganas de fumar cuando beben unos tragos en compañía de seres queridos. Opta por jugos de fruta ciento por ciento naturales, infusiones o incluso cerveza sin alcohol.