En este contexto de pandemia, sobre todo en marzo pasado, muchísimas personas se volcaron a los supermercados y vaciaron los estantes en una especie de sicosis por la incertidumbre ante un eventual desabastecimiento, lo que nunca ocurrió.

Pero si algo bueno se pudo sacar de eso, es que también hubo quienes priorizaron comprar alimentos de larga durabilidad como legumbres y cereales, en desmedro de productos frescos o sensibles de almacenar. Algo que también ocurre cuando el país se enfrenta a terremotos o a cortes prolongados de luz y agua.

Y aunque quizás muchos saben a qué alimentos recurrir en esos contextos, es importante que lo tengamos claro no solo para estos ejemplos, sino que también como una forma de ser más responsables con nuestra alimentación y prácticas de consumo.

En esta línea, existen algunos alimentos que incluso pueden durar años si se almacenan como corresponde. De acuerdo a un artículo del medio El Español, las hierbas en general y también algunas frutas y verduras pueden durar mucho tiempo siempre y cuando se congelen.

En el caso de las hierbas, habría que cortarlas de forma muy fina y conservarlas en bandejas de cubitos de hielo, a las cuales se les agregaría agua, pero con las hierbas en su interior.

Los encurtidos son otra forma de conservar alimentos por largo tiempo. Estos son un tipo de alimentos que se conservan en una solución de sal y que pueden fermentar por sí solos o con la ayuda de un microorganismo inocuo que baja el pH y aumenta su acidez para así extender su conservación. Zanahorias, cebollas, pepinillos, aceitunas, berenjenas, zanahorias, son solo algunos de los alimentos que puedes encurtir.

Los fruto secos también se pueden congelar siempre y cuando estén en un paquete bien sellado. En el congelador pueden durar hasta dos años.

El sitio español especializado en temas de consumo Eroski Consumer, destaca que la miel es un alimento que puede durar para siempre, ya que su baja actividad de agua se suma a su capacidad de evitar la proliferación de patógenos.

Además, las legumbres sin procesado previo también pueden durar indefinidamente si se conservan correctamente, al igual que el arroz, la sal y el azúcar, los que deben almacenarse en recipientes de vidrio herméticos y en lugares oscuros, frescos y secos.

Esta capacidad de sobrevivir a microorganismos patógenos, virus, mohos y levaduras perjudiciales está ligada directamente a su almacenaje y, particularmente, a la temperatura. Cuanto más tiempo y mayor temperatura, más contaminación, indica el portal español.

Las galletas o el chocolate pueden durar hasta seis meses, siempre y cuando se conserven en un lugar fresco y seco. La pasta, el té y el cacao, lo mismo si se mantienen en un lugar seco y sin luz, al igual que las latas y las conservas.

Los que más rápido se descomponen

En el otro extremo, entre los alimentos más perecederos destacan la carne picada, el pescado fresco, las frutas, las verduras, la leche y los huevos.

Evidentemente, para estos productos también es prioritario saber cómo deben conservarse para minimizar los riesgos. En la mayoría de los casos, estos alimentos deben guardarse en el refrigerador entre los 0 ºC y los 5 ºC, pero aun así, su conservación será limitada.

La carne picada y el pescado fresco se mantendrán en óptimas condiciones durante un día aproximadamente, siempre y cuando no se haya roto la cadena de frío. La carne cruda, la cocida y el pescado cocido, de dos a tres días.

Una leche que ya se abrió, verduras cocidas, embutidos y postres caseros, el tiempo máximo será de cuatro días.

Por último, las conservas abiertas, la verdura cruda y platos cocinados listos para consumir, cinco días; y los huevos y la mantequilla de dos a tres semanas.