“Tengo espinitas u hormiguitas”, es una frase que más de un chileno/a ha escuchado de parte de sus cercanos luego que estén sentados en una misma posición mucho tiempo.

Pese a que es una afección que más de una persona ha presentado en la vida, no siempre significa una situación pasajera, ya que debemos preocuparnos en algunos casos.

Así lo explicó a Página 7 el Director de la carrera de Kinesiología de la Universidad de las Américas, Rodrigo Beltrán, quien sostuvo que esa sensación a la cual le llamamos adormecimiento, realmente es una parestesia.

“Estas se producen por presión en terminaciones nerviosas y pueden presentarse en extremidades inferiores o superiores”, dijo.

Sobre cuáles son las causas porque estas se producen, la directora de la escuela técnico nivel superior de Enfermería de la Universidad de las Américas, Beatriz Arteaga, aseveró que esta parestesia se presenta “cuando yo tengo una postura viciosa o prolongada en la extremidad, pero antes de dos minutos de haber dejado de doblar la extremidad debería volver la circulación periférica y ceder el hormigueo”.

¿Cuándo deberíamos preocuparnos?

Según detalló Beltrán, deberíamos poner atención cuando la parestesia se presenta en varias ocasiones durante el día. “En situaciones cuando no es por una compresión puede que ocurra esta sensación de parestesia a nivel facial, y se debe tener bastante cuidado ya que este adormecimiento puede ser un indicador de parálisis facial, siendo una de las más conocidas, las que se presentan por estrés”, señaló.

Por otro lado, Arteaga agregó que la persona debe acudir a un especialista si se presentan dichos adormecimientos en el tronco y en el rostro, puesto que puede ser una alerta de afecciones mucho más peligrosas.

A su vez, los dos profesionales aseguraron que si el paciente presenta dolor tras el hormigueo también puede significar que la persona esté desarrollando un problema mucho mayor.

“Si ya pasa a dolor después del hormigueo hay una posibilidad, y quiero ser bien enfático con que es una posibilidad, de que exista una tendinitis. Si siento un hormigueo en los codos y después presento dolor, es una tendinitis”, detalló Beltrán.

¿Cómo podemos evitarlo?

De acuerdo a ambos especialistas todo dependerá de la actividad que realicemos durante el día, y la cantidad de tiempo que permanezca la persona en una misma posición.

Para ello, el kinesiólogo recomendó “elongar y realizar estiramientos básicos” constantemente, con los que además debería cesar la sensación de incomodidad.

“Colocar en movimiento y poner en una posición anatómica las extremidades, para que así se permita la circulación de esa extremidad y por ende el oxígeno de nutrientes, realizando movimientos simétricos y no bruscos”, concluyó Arteaga.