Muchas personas luego de sufrir una ruptura amorosa buscan la forma de sentirse renovados, ya sea un viaje, un cambio de look o un corte de pelo.

De hecho, esto último incluso es motivo de una serie de bromas en redes, ya que con el pasar del tiempo varios aseguran que se arrepienten de haber tomado la decisión tan abruptamente luego de finalizar una relación.

Y es que según explicó el psicólogo Ángel Luis Guillén Torregrosa al sitio español ABC, una ruptura amorosa supone un impacto emocional profundo, aún más cuando es inesperado o no deseado. De hecho, el profesional sostiene que terminar una relación es uno de los procesos más dolorosos que puede sufrir una persona, ya que este activa la misma región del cerebro que cuando tenemos un dolor físico.

“Se trata de un suceso traumático que conlleva un duelo por las expectativas que no se van a cumplir, por los sueños que se quedan por el camino y por una pérdida de esa vida en común”, sostuvo.

Terminar una etapa

De hecho, la psicóloga Cristina Aristimuño de las Heras, aseguró que es típico este cambio y que puede ser motivado por dos causas. “Puede tratarse de un acto simbólico que marque el cierre de una etapa, y que permite por tanto la diferenciación de un antes y un después en nuestra vida”, comentó.

Por otro lado, “hay quienes deciden prestar especial atención a su aspecto físico, entendiéndolo como un gesto de autocuidado, en el que nos priorizamos”.

Pixabay (CC)
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En tanto, el especialista Torregrosa agregó que dichos cambios de apariencia representan “una manera simbólica de dejar atrás el pasado; mostrar una nueva manera de ser y cómo queremos que nos vean”, es decir, reforzar la imagen que proyectamos al resto, y no parecer dañados.

“Estos cambios drásticos son una forma de mostrar que se ha pasado la página y que se ha producido un cambio en la persona: ya no es la de antes, ahora aparece renovada y dispuesta a hacer cosas diferentes”, explicó el psicólogo.

No obstante, ambos especialistas llaman a ser cautelosos, puesto que un cambio estético, no significa que junto a él venga un cambio emocional. “Una modificación externa puede ser una ayuda, un empuje, pero en ningún caso debe sustituir al trabajo psicológico que necesitamos desarrollar al atravesar por un acontecimiento vital doloroso, como una ruptura”, sostiene Aristimuño.

“Un cambio de apariencia no van a impedir que el proceso de duelo se produzca”, agregó Torregrosa, indicando que un cambio de estilo no tiene que ser una excusa para que la persona no se enfrente al conflicto.