¿Cuántas veces suspiras al día? ¿Te lo habías preguntado? Probablemente ni siquiera te das cuenta cuando lo haces, ya que muchas veces es de forma involuntaria.

En realidad las personas suspiran unas doce veces por hora, gracias a su sistema cerebral que le ordena al cuerpo hacerlo de forma inconsciente, ya que tienen un papel fundamental en nuestra vida: garantizar él óptimo funcionamiento de nuestros pulmones.

¿De qué manera? Evitando que los alvéolos -pequeños sacos de aire situados en esos órganos- colapsen.

Así lo determinó un grupo de científicos de las universidades de California, Los Angeles y Stanford, quienes estudiaron el origen y la función que cumplen los suspiros.

En dicha investigación, publicada en el semanario Nature, los especialistas llegaron a la conclusión de que los suspiros funcionan como “desatascadores”, para que los alvéolos pueden llevar el oxígeno suficiente a la sangre, mediante las membranas pulmonares.

“Son mecanismos fisiológicos que están regulados por el sistema nervioso central, a través de neuropéptidos que producen que ingrese más aire, más oxígeno a los alvéolos. Pero cada cierto tiempo, cada 10 o 20 minutos, es necesario hacer una respiración más profunda para que estos alveólos no colapsen“, agrega sobre esto la doctora Junia Silva, broncopulmonar de la Clínica Biobío a Página 7.

Jack Feldman, profesor de neurobiología en la Escuela de Medicina de UCLA, manifestó que la única forma de abrir lo alvéolos cuando colapsan es mediante los suspiros, ya que permiten el ingreso del doble del volumen normal en una respiración.

“Si no suspiras cada cinco minutos, aproximadamente, los alvéolos lentamente colapsarán y tus pulmones comenzarán a fallar”, advirtió el experto.

Ventiladores mecánicos

Es tan importante esta función que incluso los ventiladores mecánicos -muy en boga en estos días debido a la pandemia de coronavirus- están programados para esto.

“Incluso en los ventiladores mecánicos se programan suspiros, inpiraciones más profundas, que permiten que estos alvéolos que habitualmente se van cerrando, con este exceso de aire que entra, los distiende y los mantiene funcionando e intercambiando el oxígeno“, agrega Silva.

Respecto a lo que aún existen dudas en el vínculo que existe entre los estados anímicos y los suspiros, ya que, por ejemplo, en situaciones estresantes, tendemos suspirar con más frecuencia.

Puede que las neuronas situadas en zonas del cerebro relacionadas con las emociones liberen los neuropéptidos que provocan los suspiros, pero por el momento no lo sabemos”, cierra Feldman en el mencionado estudio, que recoge ABC.