Vestirse para ir a ninguna parte, es algo que no deberíamos tomar a la ligera, sobre todo en estos tiempos de cuarentena, pues este acto marca el inicio de nuestro día y “desvestirse” lo finaliza.

“Hay que entender que los seres humanos tenemos un sistema de funcionamiento cotidiano, que marca el ritmo y la rutina de nuestra vida y esa es una estructura fundamental para sentirnos organizados y tener control de lo que hacemos en nuestra vida”, explicó a Página 7 Solange Anuch, psicóloga de la Clínica Alemana.

Anuch indicó que para aquellos que analizan la salud mental de un individuo, es fundamental saber “si se levanta y si se viste o si perdura constantemente en pijama o en buzo, porque cuando vemos que aparece este cierto descuido podemos anticipar que vamos en caída, que la persona se va a ir abandonando”.

Por ello, señaló que vestirse nos permite marcar el comienzo del día y “mantener el control de lo que podemos controlar porque, evidentemente, el curso que va a seguir el tema del virus y la cuarentena, no lo sabemos, pero lo que sí sabemos es cómo podemos estructurar el día a día”.

Y agrega: “Cambiarse de ropa y ponerse pijama o la ropa de noche marca un término. Preservar los ritmos cotidianos que habitualmente hacemos vestidos como almorzar, tomar once o cenar, es algo que nos otorga una sensación de control, de estabilidad emocional“.

El comenzar un día sin pijama, para la profesional, también tiene que ver con el autocuidado, pues “es distinto ver a un individuo que se abandona, se deja estar, se descuida, no marca el día, pierde las rutinas y de desestabiliza el terreno horario”.

Teletrabajo
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La especialista recomienda tener un horario, desde el comienzo el día hasta el final, donde estén detalladas la horas de trabajo, de comida y de descanso. Además, sugiere realizar actividad física y “exponerse a la luz del día para marcar fisiológicamente que es día”.

Para los que realizan teletrabajo, Anuch aconseja ponerse objetivos realistas pues cuando se está en la casa, las personas intentan “ponerse al día con todo y aprovechar el tiempo al máximo, algo que los podría frustrar”.

“Hay que tener un horario, de descanso a media mañana y con pausa para las comidas. No comer frente al computador y no aprovechar las pausas para hacer tareas domésticas, sino descansando que es eso lo que hacemos en el trabajo, o sea, realmente descansar: tomar una tacita de café, dándonos una vuelta por nuestro hogar, teniendo una conversación con alguien simpático, en fin… y luego retomar”, concluyó la psicóloga.