La ciencia ha confirmado que, en promedio, los estudiantes pierden entre 2 y 3 meses de matemáticas y habilidades de lectura en verano. Afortunadamente, hay estrategias sencillas que pueden evitar que sus hijos se queden atrás de sus compañeros en el verano.

Esta fuga, también llamada ‘retraso de verano’, se refiere a la pérdida de habilidades y conocimiento que puede ocurrir en dicha temporada.

La pérdida de aprendizaje no solo puede poner a los niños en desventaja al comienzo del año escolar, sino que también puede causar retrasos en el progreso del aula, según comento Alejandra Huezo de Brain Fitnes. Los educadores a menudo pasan las primeras seis semanas en re-enseñar lo que los estudiantes aprendieron en el grado anterior antes de poder continuar con el nuevo material.

A medida que los niños crecen, este fenómeno puede agravarse, ya que para cuando un estudiante está en sexto grado, un deslizamiento constante de verano puede hacer que un estudiante esté dos años por detrás de sus compañeros.

¿Cómo podemos prevenir la fuga de cerebros?

Dependiendo de los intereses del pequeño, se pueden agregar algunas actividades divertidas y diarias que lo mantendrán al día durante el año escolar. Algunas ideas para mantener la mente aguda en una forma divertida son las siguientes:

1.- Inscribirlo en un club de lectura: allí podrá leer sus libros favoritos durante el verano. La lectura es una actividad que debe ser parte primordial en la familia, ya que es muy completa para desarrollar las habilidades cognitivas.

2.- Mejora su memoria y otras habilidades cognitivas: los investigadores han descubierto que una forma efectiva de mejorar este tipo de procesos es prepararlos para los desafíos del siguiente año escolar con un entrenamiento cognitivo. Aprovechar programas intensivos de verano, mucho más cortos que los normales, ayudarán a tu niño a mantener o mejorar su atención/concentración, rapidez al pensar y analizar, memoria corta y de largo plazo, comprensión lectora, cálculo matemático, etc.

3.- Desarrolla su mentalidad y resistencia: las vacaciones de verano son un momento ideal para ayudar a su hijo a desarrollar su mentalidad. Esto se puede hacer utilizando ciertas preguntas como iniciador de conversación. Estas incluyen: “En la escuela, ¿pasas más tiempo discutiendo o actuando sobre los comentarios que te dan tus profesores?”, o “¿Prefieres ahogarte en elogios o salvarte por las críticas?”, y “¿Crees que el esfuerzo que pones hoy valdrá la pena las recompensas de mañana?. Estas conversaciones fomentan una mentalidad de crecimiento, ya que ayudan a los estudiantes a darse cuenta de la importancia del esfuerzo, la retroalimentación y la apertura al aprendizaje.

4.- Dormir: No se debe subestimar la importancia del sueño, ya que esta relaciona con una mejor memoria, concentración, estado de alerta, sistema inmunitario y toma de decisiones. Se recomienda que los adolescentes duerman un promedio de nueve horas por noche. Durante las vacaciones de verano, los patrones tienden a cambiar significativamente, y los niños se quedan y se despiertan más tarde. Aunque se espera un poco de margen de maniobra en esto, es importante desarrollar buenos patrones de sueño.