En los últimos años el consumo de suplementos se ha vuelto más popular y actualmente el mercado ofrece un sinfín de marcas y variedades.

Estos productos pueden ayudar bastante si se tienen carencias nutricionales, no obstante si se consumen sin supervisión médica o en cantidades erróneas estas pueden traer consecuencias negativas para la salud.

Así lo advirtió Javier Lastra, médico de la Clínica Universitaria de Concepción, quien además explicó que hay quienes no necesitan suplementos.

“La mayoría de las personas que llevan una dieta omnívora y un estilo de vida saludable, sin tabaco y con ejercicio físico no requieren de estos productos”, afirmó.

En este sentido, Lastra indicó que un grave error que se comete es sustituir alimentos por suplementos vitamínicos o de minerales, agregando que estos están diseñados para complementar la dieta.

Suplementos vitamínicos: ¿para qué sirven y quiénes deberían consumirlos?
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Entre las personas que podrían necesitar este tipo de productos son embarazadas, adultos mayores, mujeres postmenopáusicas, veganos, postoperados de cirugías bariátricas y pacientes que sufran enfermedades que interfieran en la absorción de los alimentos.

Entre las vitaminas más populares que se venden son la C, D, B9 (ácido fólico), B12, B7 (biotina) y la mayoría se pueden obtener a través de alimentos, si es que no se tiene ninguna enfermedad que lo impida.

Cada una de estas tiene una función en específico y Lastra señala que esto las hace muy convenientes para los laboratorios. “Se les hace muy fácil vender estas vitaminas como suplementos porque es algo que la gente necesita… en teoría”, afirmó.

Por último, hay algunos productos que entregan falsas promesas y esto tienen directa relación con el tipo de vitaminas que se consume. Por ejemplo, el médico indica que no hay estudios que respalden que la Biotina aumenta el crecimiento del cabello, como tampoco la hay sobre la supuesta prevención del cáncer con la vitamina D.