Un estudio realizado en Europa y firmado por medio centenar de científicos, reveló inquietantes resultados para la salud.

Un seguimiento a más de 450 mil personas, reclutadas en la década de los 90 en una decena de países del Viejo Continente, indicarían que quienes beben dos vasos de bebida al día presentan riesgo de muerte prematura, un 17% mayor que los consumidores ocasiones que toman un vaso al mes como máximo.

Hemos observado la asociación tanto en las bebidas azucaradas como en las que tienen edulcorantes artificiales, pero no podemos saber si el consumo de refrescos light aumenta la mortalidad prematura”, subraya la epidemióloga española Dora Romaguera, según consigna el diario El País.

Para profundizar un poco más sobre este estudio, en Página 7 hablamos con Gonzalo García, nutriólogo de Clínica Dávila. “Uno sabe que recibir bebidas no es lo más sano para la salud. Este es el primer estudio que veo de mortalidad asociado a la ingesta de bebidas artificiales o carbonatadas, aunque faltan otros estudios que confirmen esto”, comentó García.

Sabemos que la persona está tratando de hidratarse o calmar el mecanismo de la sed con un líquido que contiene azúcar, en una situación en donde no se ha desencadenado la petición de azúcar. Esto eleva los niveles de insulina, aumentando los depósitos de grasa corporal y puede desencadenar en enfermedades cardiovasculares”, sostiene el especialista.

El profesional señala que siempre la mejor opción cuando se trata de beber líquidos, será el agua: “La recomendación de parte de nosotros siempre ha sido ingerir líquidos lo más cercano a lo natural, si uno tiene sed, ojalá beber agua. Mientras haya menos manipulación de la industria, mejor”, explicó García.

¿Mezclar bebidas y alcohol?

Un fanshop o una piscola. La mezcla de estas bebidas con alcohol es una costumbre bastante frecuente en los chilenos, sobre todo en estas fechas de Fiestas Patrias, un doble error según reconoce el nutriólogo.

“En muchos sentidos es doblemente más dañino. La bebida generalmente se ocupa en alcoholes como destilados de alta graduación y muchas veces se toman en exceso. Además, aumentan el aporte calórico, ya que la bebida tiene azúcar y si uno le agrega alcohol, el aporte calórico al organismo es bastante significativo“, una práctica que suele aumentar en las festividades dieciocheras.

Esta ingesta calórica exagerada no es capaz de ser procesada por el organismo y va a los depósitos de los tejidos adiposos y al hígado, lo que conocemos como hígado graso”, cerró el profesional.