Uno de los alimentos más famosos y que ha estado en boca de todos es el aceite de coco. Si bien hay algunos que lo adoran, existen otros expertos que definitivamente desaconsejan su consumo, ya sea por sus propiedades o porque al día de hoy no hay estudios contundentes que certifiquen sus beneficios a este nivel.

En Página 7 quisimos despejar las dudas al respecto y conversamos con la nutricionista Jéssica Moya, quien es categórica en señalar que no hay que satanizar el aceite de coco, pero tampoco hay que consumirlo como locos, ya que se compone principalmente de grasa saturada.

La experta señala que “se utiliza por las características de textura y sabor. Es muy difícil consumirlo en crudo, porque es una pasta y difícilmente se puede utilizar en forma fría”.

En cuanto a las propiedades, la académica de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián, sostuvo que “la evidencia es súper controversial, porque los estudios que se han hecho para evaluar los beneficios a nivel cardiovascular son diversos. Se ha masificado la creencia de que el aceite de coco tiene beneficios a nivel vascular y que reduce el colesterol, pero eso no es tan así”.

Aceite de coco | Pixabay
Aceite de coco | Pixabay

A lo anterior, agrega que “hay estudios en que se compara una dieta de coco versus una dieta con aceite de palma o con mantequilla y ahí los resultados son diversos. Al final, la gran conclusión es a lo que uno llega siempre: el consumo o el aporte de grasas saturadas en la dieta tiene que ser lo más baja posible, estamos hablando entre un 7% y 10% de las calorías totales de la dieta. ¿Por qué hago este alcance? porque el aceite de coco tiene alrededor de un 92% de su constitución de grasas saturadas. En realidad uno debería decir grasa de coco, pero venderlo como grasa de coco te aseguro que nadie lo compraría”.

Moya señala que el aceite de coco contiene ácido láurico y el ácido mirístico, “y ahí empiezan los problemas, resulta que en eso sí tenemos harta evidencia, ya que ambos ácidos son los que más se han relacionado con riesgo cardiovascular”.

Aceite de coco | Pexels
Aceite de coco | Pexels

La nutricionista ejemplifica con lo que sucede en el Sudeste Asiático, donde se consume mucho aceite de coco, pero ella hace un alcance, ya que los hábitos alimenticios de ellos son muy distintos a los de este lado del planeta, allá agregan frutas y verduras y no consumen alimentos procesados.

“Al final no es el aceite de coco, es la combinación de distintos alimentos… (…) la población sana que quiere usarlo una vez a la semana, porque es exquisito, está bien, pero basar la dieta en él, no. Si quiere combinar con otros aceites, ningún problema, pero reemplazar todas las fuentes lipídicas de la dieta en aceite de coco, no y eso pasa con cualquier alimento. Cualquier fanatismo por un alimento, rompe el equilibrio”, precisó.

Una opinión más categórica tiene el nutriólogo de RedSalud, Jaime Garcia, quien definitivamente desaconseja el consumo de este alimento. “El aceite de coco es una porquería, no sirve para nada y deberían prohibirlo. Está comprobado que es malo y no tiene propiedades para nada”, indicó a Página 7.

Aceite de coco | Pexels
Aceite de coco | Pexels

Por su parte, Moya precisó que “sí se puede consumir aceite de coco, pero en cantidades moderadas y en combinación con otras fuentes de lípidos y siempre en menor cantidad que otros alimentos que también otorgan lípidos. Si vamos a incluirlos en la dieta, deben ser aceitunas, palta y frutos secos. Si queremos aceite, que sea de canola o de oliva, estos alimentos nos entregan ácidos grasos buenos”.

Para finalizar, la experta indicó que “tampoco hay que satanizar a los ácidos grasos saturados, el problema es que el aceite de coco tiene justamente los ácidos saturados que más problemas cardiovasculares han causado”, por lo que la recomendación es consumirlo, pero de forma moderada.