¿Le tienes rechazo a las matemáticas? ¿Sientes que los números son tus enemigos? Pues te advertimos que si te está pasando a ti o a algún ser cercano, puede que se trate de un trastorno que se llama discalculia; tiene un diagnóstico y una cura.

La discalculia es un trastorno específico del aprendizaje que trata de la dificultad persistente en matemáticas. Junto con la dislexia (dificultad en lenguaje), pueden generar problemas importantes no solo durante la etapa escolar, sino a lo largo de toda la vida, según el estudio de la profesora Cristina De-La-Peña Álvarez publicado en la Revista española Javeriana.

La Discalculia está asociada con alteraciones cerebrales específicas así como a la expresión de los genes. “Se ha propuesto que este trastorno puede considerarse un síndrome de desconexión“, afirmó la especialista.

Así también lo afirmó el psicólogo educacional Emmanuel Ulloa Cofré, en conversación con Página 7: “Existe evidencia que indica que sus causas serían principalmente genéticas” y agregó que “su prevalencia se da entre el 3 a 8% en la población infantil”.

Su principal característica está asociada, según el profesional, “al dificultoso procesamiento de la información matemática, como son el sentido de los números, memorización de operaciones aritméticas, cálculo correcto y fluido, razonamiento matemático correcto, entre otras”.

También reconoció que estas dificultades se manifiestan, principalmente, en los procesos pedagógicos, no obstante, también dificulta aspectos de la vida diaria.

¿Cómo se puede combatir?

Ulloa, explicó que lo fundamental es buscar ayuda en los programas PIE de cada colegio o ayuda profesional, “las acciones deben estar dirigidas, principalmente, al fortalecimiento de las competencias básicas”.

El apoyo en casa, también es esencial, y la recomendación en este caso es que esté centrado principalmente en la estructuración de rutinas y hábitos de estudios, además, de mantener una actitud de soporte.

Según lo consignado en el portal de la Universidad Internacional de Valencia, la discalculia detectada a tiempo y con la intervención adecuada, es completamente subsanable, ya que “los niños con este problema no presentan ningún tipo de discapacidad intelectual, ni problema físico o neurológico. Un niño con este trastorno debe incluirse en el grupo con alumnos con necesidades educativas especiales (NEE), para que pueda recibir el apoyo y el tratamiento individualizado que precise, durante el tiempo necesario”.

Algunos de los consejos que se sugieren son: fortalecer los conceptos básicos numéricos a través de ejercicios, reforzar este conocimiento y el uso de los números mediante juegos lúdicos enfocados en el aprendizaje y utilizar nuevas estrategias como algún software especializado.

Siempre el apoyo incondicional, la enseñanza y reforzamiento dinámico desde la casa, es un buen consejo para que los niños desde su etapa temprana comiencen a simpatizar con las matemáticas para que así no se arrastre a una edad más madura.