Todos, incluso la persona más ordenada y limpia ha acumulado cachureos sentimentales. Esos objetos que por alguna u otra razón llevan meses -o incluso años- entre nuestras cosas y aunque sabemos que debemos eliminarlos simplemente no podemos hacerlo.

En este contexto, un estudio liderado por el profesor de psicología de la Universidad DePaul de Chicago, Joseph Ferrari, y la investigadora Catherine Roster, determinó que es un problema que está presente en distintas generaciones pero que aumenta con la edad, pues se asocia a una “insatisfacción en la vida y que tiene un impacto negativo en la salud mental”.

Asimismo, Ferrari indicó que “la acumulación, a menudo, es el resultado de un apego excesivo a nuestros artículos personales, lo cual dificulta que nos deshagamos de ellos”.

El análisis, publicado en la revista científica Current Psychology, también plantea una técnica que promete ser infalible para aquellos que se sienten complicados y estresados con el tema de eliminar recuerdos materiales. “Si va a deshacerse de la acumulación, no toques el artículo. No lo recojas“, dijo al The New York Times.

El psicólogo indicó que lo mejor es pedirle a alguien más que tome ese objeto que te cuesta eliminar y te pregunte: “¿Necesitas esto?”. Y es que al parecer “una vez que tocas el artículo, tienes menos probabilidades de deshacerte de él“.

Ferrari también señaló que otra opción es trabajar en un esfuerzo constante para erradicar el hábito de adquirir. Y eso es lo más difícil porque a las personas les cuesta discernir entre sus deseos y necesidades. “La mayor parte de lo que acumulamos no es necesario. Hemos tomado nuestros deseos para convertirlos en necesidades y convencernos de eso“, advirtió.

Otra ayuda interesante es mantener a estos objetos fuera de la casa, y de a poco ir eliminándolos, ya que una vez que “los dejas entrar” la sensación de apego es mucho más intensa y, por ende, dañina.

¿Por qué acumulamos?

De acuerdo al psicólogo Daniel Sánchez, académico de la Universidad Central, “el que tiene un vacío emocional lo compensa con la acumulación de cuestiones, de lo que sea que le produzcan bienestar”, dijo a LUN.

La razón por la que nos cuesta tanto deshacernos de estos “recuerdos” es “porque en las cosas está puesta la emoción y el bienestar. Y en la medida que más objetos acumula, es como si tuviera más “likes” hoy en día, mejor se siente”.

Probablemente lo de no tocar estos objetos se explicaría mejor con un ejemplo. Sánchez señaló que “cuando tocamos una camisa del papá fallecido, la persona siente como si el papá estuviese en el objeto, trae la emoción de vuelta” y por eso cuesta tanto eliminarlos. He ahí la importancia de que un tercero ayude. “Y chao pescado, no hay que vivir de recuerdos“, sentenció.