La piel es el órgano mas extenso de nuestro cuerpo y en un adulto llega a medir 2 metros cuadrados, pesando aproximadamente 5kg. Dentro de sus funciones destaca el ser una barrera de protección frente a agresiones externas (calor, frío, infecciones, etc.), permite regular nuestra temperatura corporal y generar vitamina D.

El envejecimiento de la piel responde a dos principales razones, el cronoenvejecimiento y el fotoenvejecimiento. Según explica Héctor Valdebenito Barrientos, médico cirujano y especialista en Medicina Estética y Antienvejecimiento, “el envejecimiento cutáneo empieza a hacerse evidente a partir de los 25 años cuando comienza una disminución del colágeno de un 1% al año, siendo evidentes los signos de la edad desde los 30 años”.

La exposición solar por otro lado puede contribuir a acelerar este proceso o provocar problemas dermatológicos como, por ejemplo, ser uno de los principales factores de riesgo de cáncer de piel.

Siempre es un buen momento para iniciar el cuidado de nuestra piel y protegernos de la exposición solar, no solo por retardar los signos del envejecimiento cutáneo sino que principalmente por nuestra salud. Debemos protegernos de los rayos ultravioletas A y B (UVA y UVB).

Estos provocan en distinta medida el bronceado, quemaduras, fotoenvejecimiento y a la vez tienen efecto carcinogénico. Aunque existen múltiples factores que influyen en el grado de exposición a los rayos ultravioletas, lo importante es protegerse de la exposición solar permanente desde la infancia. Debemos saber que por ejemplo la sombra de los árboles, edificios y sombrillas solo proveen de una protección solar máxima de FPS 4.

Por lo tanto, es necesario, tomar otras medidas para aumentar la fotoprotección. Dentro de estas, entregadas por el profesional, están:

* El uso de “sombreros” de ala ancha (10cm), que pueden disminuir hasta en un 40% el cáncer de piel de cabeza y cuello.

* Usar lentes de sol adecuados que bloqueen la radiación UV para proteger tanto ojos como piel de su alrededor.

* Usar productos que tengan factor de protección solar (FPS) de al menos FPS 30 y, en lo posible, que proteja contra los rayos UVB y UVA.

* Aplicar bloqueador en todas las zonas descubiertas, por lo menos cada 2 horas y luego de nadar o sudar. Hay que tener en cuenta que los rayos solares de reflejan en la arena, agua, nieve y pavimento.

* Fotoprotegernos en cualquier época del año

¿Qué esperas para empezar a proteger tu piel?