De la mano de las tiendas de mascota, la cotorra argentina (Myiopsitta monachus) fue introducida a principios de los años ochenta en Chile, especie que podría presentar un serio daño ecológico no solo para otros animales, sino que un potencial peligro para la salud de los chilenos.

A través de un estudio financiado por la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile y Fondecyt, académicos de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (Favet) de este plantel han descubierto que algunas cotorras “resultaron positivas a salmonella, la bacteria escherichia coli y otros parásitos y protozoos”.

Estos “pueden afectar la salud de la gente a través de varias vías”, aseguró a través de un comunicado el líder de la indagación, el veterinario y doctor en Conservación de la Universidad de Cambridge, Cristóbal Briceño.

“En el mundo hay muy pocos trabajos sobre cotorras. Estamos haciendo un primer levantamiento de información para saber cuál es el riesgo real de que estos patógenos puedan ser transmitidos a otros animales silvestres, domésticos y personas, y cómo pueden estar afectando la salud del ambiente”, añadió.

Los ejemplares han registrado un explosivo aumento en la región Metropolitana, pero también se encuentran zonas del norte y sur del país. Lo anterior preocupa porque esta ave de plumaje verde, patas grises y cerca de 100 gramos suele construir nidos que pueden llegar a pesar 200 kilos sobre los 15 metros de altura.

“Una caída de estos nidos representa un riesgo también importante para la población”, dijo Briceño, quien ha encontrado al menos 600 de éstos en la región Metropolitana, donde trabaja con 20 municipios.

Captura | cotorrainvasora.uchile.cl
Captura | cotorrainvasora.uchile.cl

“No se sabe cómo esta especie invasora está influyendo sobre la biodiversidad de la ciudad en Santiago”, advirtió el académico. No obstante, declaró que el impacto lo están analizando tanto a nivel de especie y patógeno como con muestreos dentro de Santiago “relacionando el lugar de la muestra con lo que estamos encontrando”, indicó.

“Hay comunas que tienen más cargo de parásito que otras, o más cargas de patógenos y estamos haciendo los análisis para establecer cuáles son las causas”, aseguró el especialista.

Por ahora, la arista genética del proyecto, que avanza en la secuenciación genómica de estas aves, está completa, con lo cual esperan poder recabar mayor información sobre su origen, desplazamiento e historia.

El estudio ya cuenta con un portal web, “en el que las personas de la región Metropolitana pueden colaborar informando sobre la ubicación de los nidos de esta especie para su catastro y estudio”, sostuvieron desde Favet.

Gregarias, cooperativas, ruidosas e inteligentes. Así es el comportamiento de la cotorra argentina -especie nativa de Argentina, el sur de Bolivia, el sur de Brasil, Paraguay y Uruguay-, cuya particular capacidad ingenieril le ha permitido adaptarse al frío y al calor en diversos países del mundo, impactando negativamente en los ecosistemas.

Ya en 1997 fueron denominadas por el Servicio Agrícola y Ganadero en Chile como una especie invasora y dañina. Sin embargo, el manejo por parte de las municipalidades –responsables de su control–, ha sido acotado y heterogéneo.

De esta forma catalogaron a esta especie los investigadores a cargo del estudio.