Cada persona debería ir entre 4 y 6 veces al baño, y aunque parece algo normal y muy lógico, existen muchas que hacen oídos sordos a los llamados de su cuerpo.

Estas personas suelen aguantar sus deseos de orinar por no querer utilizar baños fuera de su casa o simplemente por cosas de tiempo. Incluso hay quienes no desean atrasarse o no pueden ausentarse un par de minutos del trabajo y se aguantan mucho rato.

Esta práctica, que puede parecer inocente, esconde graves consecuencias para tu organismo y que pueden derivar en una dolorosa enfermedad que afecta a las mujeres llamada vulvodinia.

Lo anterior ocurre porque cuando una persona se aguanta las ganas de orinar, la vejiga puede estirarse o acumular bacterias que dañan al organismo, según consignó el portal Vanguardia, lo que puede desencadenar la mencionada afección.

Frente a este escenario, en el portal de Red de Salud UC CHRISTUS, el doctor Víctor Miranda, profesor asistente de la Facultad de Medicina UC, gineco-obstetra y uroginecólogo, explicó que esta enfermedad “se caracteriza por producir un dolor asociado a ardor, que se puede presentar al colocarse ropa apretada, al caminar, aunque muchas veces no hay un gatillante o causa que lo motive. En otros casos, aparece al tener relaciones sexuales e incluso las impide. Es un dolor que afecta bastante la calidad de vida”.

Sobre las causas, el mismo portal señala que “se desconocen, aunque se estima que podría deberse a una irritación crónica de los nervios de la vulva. Por lo general, se ve en pacientes que han sufrido tanto infecciones vaginales como urinarias a repetición, lo cual provocaría una inflamación de estos nervios y causaría esta sensación de ardor y dolor.

Cabe mencionar que entre las recomendaciones de los especialistas para prevenir esta enfermedad se encuentran:

– Utilizar ropa interior de algodón
– Preferir ropa cómoda y poco ajustada
– Utilizar jabones suaves y sin perfume para la limpieza de la zona íntima, o sólo con agua.
– Usar lubricantes con base de agua y lo más naturales posible.
– Evitar realizar ejercicios físicos que impliquen roce o fricción continua de zona vulvar.