La llegada de un recién nacido, sin duda, es motivo de felicidad y alegría para toda la familia y amistades.

Es por lo anterior que no es extraño que la casa de los padres se llene de visitas que quieren tener en sus brazos al bebé, pero en ocasiones éstas se pueden transformar en una pesadilla.

Esto es lo que le sucedió a una familia británica, cuyo bebé de días de vida terminó internado con un cuadro muy grave, todo por un beso que le transmitió un herpes que lo dejó por 21 días en el hospital conectado a oxígeno.

A través de su cuenta de Facebook, Lucy Kendall, la madre de Oliver contó la historia de su hijo, quien atravesó este complejo proceso con sólo 11 días para generar consciencia.

“Oliver Jaz Miller nació el 3 de agosto y cuando tenía 11 días dejó de beber leche durante la noche y empezó a tener fiebre. Al día siguiente mi pareja y yo le llevamos al hospital y allí le ingresaron con oxígeno, una sonda para que se alimentase y numerosas vías”, comienza su relato, según consignó el portal Huffingtonpost.

Luego reveló el diagnóstico que a ella y a su esposo los dejó impactados. “Después de ocho días luchando por su vida en la Unidad de Cuidados Intensivos, el doctor dijo que Oliver tenía un herpes neonatal. Como pueden imaginar, mi pareja y yo nos quedamos en shock y no comprendíamos lo que quería decir. Él nos explicó que el virus del herpes simple puede contagiarse en un recién nacido si una persona con un herpes labial le da un beso o toca al pequeño después de tener contacto con la infección”, manifestó.

Afortunadamente la historia de este pequeño terminó bien y logró recuperarse, pero su madre hizo un especial llamado a otros padres para que no sufran lo que ellos.

“Somos unos afortunados. Sólo una horas después podríamos leer esto de una forma totalmente diferente. Mantén a tus recién nacidos a salvo”, finalizó.