El año 2014 Katie Stubblefield tomó una drástica decisión: quitarse la vida; utilizando un rifle en el baño de su casa, la joven se disparó, sin embargo, no murió y terminó con su rostro desfigurado.

Durante tres años, la mujer decidió esconderse de la gente por temor y vergüenza, siendo trasladada a un hospital en la ciudad de Oxford (Mississippi, Estados Unidos) donde el pronóstico que le dieron no fue nada de alentador.

National Geographic
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De hecho, uno de los médicos fue categórico respecto a la solución: un cambio de rostro. “Hubo un cirujano traumatólogo de mayor edad que básicamente nos dijo: ‘Lo único que pienso que realmente le daría una vida funcional nuevamente es un trasplante de cara’“, relató el padre de la joven.

Tras dos años, en 2016 Katie fue incluida en un listado de nacional de espera para transplantes, siendo su donante una mujer de 31 años llamada Andrea Schneider, la que murió a causa de una sobredosis por drogas.

Stubblefield se convirtió en la norteamericana más joven en la historia en someterse a una intervención de este tipo, la que se llevó a cabo en una clínica en la ciudad de Cleveland (Estados Unidos).

Nat Geo
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El procedimiento se realizó el 4 de mayo de 2017 y se extendió por 31 horas, siendo un hito en la medicina estadounidense, historia que será relatada en septiembre próximo por la cadena National Geografic.

“La vida me dio una segunda oportunidad”, declaró en el documental.

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