Amelia, una bebé de 15 meses de vida, falleció en 2016, por un incidente que recién hace unos días se aclaró, tras una acabada investigación que duró dos años.

El trágico hecho ocurrió en el pueblo inglés de Newquay, en Cornwall, y se desató en medio de la noche. Su madre, Sara Talbot, se fue a dormir junto a su pareja y su hija, y a la mañana siguiente la pequeña amaneció sin vida.

El tema es que Sara tenía puesto un parche analgésico en su cuerpo, el que se habría soltado y pegado al cuerpo de la menor de edad, causando su fallecimiento por una fuerte presencia de fentanilo, sustancia más fuerte que la morfina y conocida por sus efectos anastésicos.

Además, en dosis altas puede causar convulsiones, problemas de respiración y presión sanguínea, pudiendo incluso causar la muerte, consigna el medio británico Daily Mail.

Un informe de toxicología halló muestras de este medicamento la sangre, bilis y pelo de Amelia, pero no en su estómago. La patóloga Debbie Cook, señaló que “no hubo lesiones externas que contribuyeran a su muerte, y los hallazgos más relevantes son los toxicológicos”.

Asimismo, Cook señaló que el nivel de fentanilo presente en Amelia, estaba dentro del rango de un adulto que podría morir por una intoxicación.

En tanto, la médico forense Emma Carlyon, también registró como causa de muerte, intoxicación por fentanilo. Eso sí, lo que sigue siendo un misterio es como se unió el parche al bebé, ya que no había rastro de él en el cuerpo de la pequeña.

Tras conocer los resultados de la investigación, el padre de Amelia, Ben Cooper, de 27 años, emitió un comunicado expresando su sentir.

Ella iluminó nuestras vidas con su gran sonrisa y sus locuras divertidas, adoradas por todos nosotros (…) el resultado de hoy nos ha dado un veredicto con el que nos podemos quedar y así avanzar, pero nunca la olvidaremos“, es parte de lo que expresó Cooper.

Asimismo, su abuela, Manisa Cooper, comentó: “Todos la adorábamos, por eso ha dejado un vacío muy grande en nuestras vidas. Incluso ahora, después de dos años, sigue siendo muy difícil“.