Pese a que puede sonar como algo extraño, lo cierto es que muchas mujeres sufren de dispareunia, una condición que afecta su vida sexual con consecuencias, a veces, irreversibles.

Este cuadro se define como “el dolor que se experimenta en los genitales y la estructura pélvica, durante la relación sexual o hasta 24 horas después de ésta”, según definió un estudio realizado por la Universidad Estatal de Arizona en conjunto con la Universidad de Michigan, consignados por el portal Salud 180.

De acuerdo al American Congress of Obstetricians and Gynecologists, citado por el mismo medio, las zonas más propensas a sufrir por la dispareunia, son la vulva, el vestíbulo, el interior de la vagina y el perineo.

En tanto, entre las principales causas que pueden explicar esta condición, la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, distingue al menos cinco.

1.- Atrofia vaginal

En la menopausia la producción ovárica de estrógeno baja, provocando que el tejido vaginal se vuelva más delgado, menos lubricado y menos elástico. Por ende, propicia la sequedad, ardor, picazón y dolor.

2.- Vestibulodinia

Es un síndrome de color crónico que afecta el vestíbulo, y que ocurre a menudo por la proliferación de células inflamatorias y debilidad de los músculos del piso pélvico.

3.- Enfermedades de la piel

Cuadros de soriasis y accema, suelen dañar las zonas de la piel más delicada de nuestro cuerpo, siendo el área genital una de ellas. Por ende, puede dificultar el mantener relaciones sexuales.

4.- Problemas psicológicos

Cuadros clínicos como estrés, ansiedad, y/o depresión, son parte de los factores que pueden impedir tener una relación sexual satisfactoria. Esto puede provocar vaginismo, que es la contracción involuntaria de los músculos de la entrada de la vagina, causando una penetración dolorosa.

5.- Disfunción sexual de la pareja

Situaciones como dificultad para tener o mantener una erección o una eyaculación muy retardada, también puede provocar dispareunia, ya que la fricción vaginal es excesiva y termina convirtiéndose en un coito largo y doloroso.

Por último, la American Congress of Obstetricians and Gynecologists también entrega algunos consejos que podrían ayudarte a calmar el dolor presente durante y después del sexo, tales como usar lubricante; programar el sexo para así evitar el estrés; prevenir el dolor recurriendo a técnicas como vaciar tu vejiga y/o tomar un baño con agua tibia para relajar tus músculos pélvicos; utilizar compresas también es una opción, sobre todo si el dolor se presenta después del sexo. Aplica hielo en la vulva o uno de esos gel congelados envuelto en una toalla. No lo hagas por más de 20 minutos.